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Mindfulness: definición, práctica y beneficios
- Mejorar la concentración y aumentar la capacidad atencional, lo que mejora a la vez la memoria.
- Reaccionar menos impulsivamente.
- Influir en el mundo interior, sin tener que negar o reprimir nada.
- Aumento de la consciencia corporal.
- Aprender a respirar conscientemente.
- Mejorar la paciencia, una oruga no se convierte en mariposa en un día.
- Mejorar la empatía y la comprensión de los otros…
- Manejar el estrés desarrollando la consciencia del presente momento a momento, con una consiguiente mejora del sistema inmunológico.
- Mejorar la auto regulación emocional, adquiriendo mayor capacidad para identificar nuestras reacciones emocionales y decidir cómo queremos reaccionar en un momento dado.
- Aprender a relajar la mente y el cuerpo, con el entrenamiento en técnicas de meditación y respiración.
¿Cómo disminuir la ansiedad con Mindfulness?
¿Son eficaces los ejercicios de mindfulness para la ansiedad?
Sí, los ejercicios de mindfulness son eficaces para la ansiedad, ya que la atención plena ayuda a combatir ésta, que es justo lo contrario, una preocupación excesiva sobre lo que puede ocurrir en el futuro, que provoca el agotamiento mental y es lo que causa un impacto negativo. La finalidad de la técnica es poder mantener la atención focalizada en el momento presente, sin juzgar la experiencia ni valorarla como buena o mala. De esta manera, la práctica de los ejercicios de Mindfulness puede llegar a aportar beneficios tanto físicos como mentales, si bien cabe destacar que éstos son más eficaces cuando la ansiedad no es excesivamente intensa, y la gestión de la misma se puede ver aún más reforzada cuando utilizamos Mindfulness de manera complementaria junto con otras prácticas. Algunos de los beneficios de Mindfulness son:- Mejora la autoregulación emocional, adquiriendo mayor capacidad para identificar nuestras reacciones emocionales y decidir cómo queremos reaccionar en un momento dado.
- Mejora la concentración, creatividad y aumenta la capacidad atencional.
- Ayuda a dormir mejor.
- Aprendemos a relajar la mente y el cuerpo y con ello notamos la disminución del estrés.
¿Qué ejercicios de mindfulness puedo realizar para empezar?
Recomiendo empezar por dos ejercicios básicos que detallo a continuación, y a medida que nos vamos introduciendo en la práctica de Mindfulness iremos realizando más variedad de ejercicios atendiendo a nuestros pensamientos, emociones, sensaciones, etc.- Respiración consciente. En una posición cómoda, nos sentamos en una silla, sobre un cojín, centrando toda nuestra atención en la respiración. Inspiramos, expiramos de manera pausada y profunda sin pensar en nada más. El objetivo es notar las sensaciones del cuerpo, el sonido del aire al entrar y salir de nuestro aparato respiratorio. Evidentemente, los pensamientos van y vienen, pero nos anclamos en la respiración cada vez que esto ocurra.
- Ejercitar la atención plena en el momento presente. Vamos a realizar nuestras tareas centrándonos en ellas y no poniendo nuestra atención en lo que haremos después. Si estamos preparando la colada, prestaremos atención al momento de separar la ropa por colores: blanco, oscura y color, apreciaremos las distintas texturas de tejidos… El objetivo es fijar la atención en cada detalle de nuestras actividades que llevamos a cabo en nuestra rutina diaria. Es aplicable también a la hora de las comidas, mientras conducimos. En definitiva, se trata de enfocarnos en la información que nos llega a través de nuestros sentidos: olores, colores, sonidos, etc.
¿Cuánto tiempo debemos dedicarle a la semana para notar unos resultados eficaces?
Para empezar a notar unos resultados eficaces en apenas dos semanas necesitamos unos 20 minutos diarios de práctica, que puedes dividir si lo prefieres, en dos franjas de 10 minutos cada una de ellas. Por ejemplo, una por la mañana para empezar el día con la mente más clara y tranquila y poder afrontar mejor el día que tienes por delante; y otra por la noche para acallar el ruido mental que has ido generando durante el día. Pero depende de tu disponibilidad horaria y de tu predisposición hacia la práctica. Así que cuenta que necesitarás unas dos horas y media a la semana para una mayor efectividad.¿Debo seguir practicando mindfulness, aunque haya resuelto mis problemas de ansiedad?
Como psicóloga, recomiendo, aunque hayas resuelto tus problemas de ansiedad, que sigas practicando la técnica. Si no puedes por falta de tiempo a diario, proponte un par de días a la semana para sentarte y escucharte; aunque es mucho más eficaz que practiques 5 minutos diarios todos los días que una hora al mes. Recuerda que mindfulness es un entrenamiento mental y cuanto más se entrena el cerebro, mejores resultados obtendremos. Entrenando la atención plena conseguirás un mayor sentido de conexión con tu interior y con todo lo que te rodea, dándote más opciones para responder con plenitud a los desafíos vitales.¿Esta técnica puede convertirse en el sustituto de fármacos contra la ansiedad?
Un estudio reciente publicado en JAMA Psychiatry ha demostrado que el programa de Mindfulness de 8 semanas del reconocido método MBSR (Mindfulness-Based Stress Reduction) del Doctor Jon Kabat-Zinn es tan eficaz para tratar la ansiedad como uno de los fármacos más habituales que se usan con este fin: el escitalopram (tratamiento farmacológico utilizado para la ansiedad). Este medicamento, como todos, puede tener efectos secundarios como: náuseas, diarreas, somnolencia, etc. En cambio, el mindfulness es una técnica totalmente natural sin efectos secundarios.Secuelas psicológicas del COVID-19
- Evitar sobreinformación: Elige un momento del día concreto y medios fiables para informarte de cómo va la pandemia, ya que el exceso de información genera consecuencias negativas sobre nuestro estado de salud física como emocional; se trata de mejorar la calidad y coherencia de la información.
- Mantener la mente activa: Lee, cocina…
- Practicar ejercicio físico de forma regular: Camina, haz ejercicio en casa…
- Mantener contacto social virtual: Con amigos, familiares…
- Buscar apoyo en las personas del entorno, o si lo necesitas en los profesionales, sabes que a través de medios telemáticos estamos disponibles.
- Seguir una rutina diaria: Horarios para levantarse, para comer, para realizar tareas domésticas…
- Evitar pensamientos catastrofistas: Intenta vivir el momento presente y ocúpate del día a día sin anticipar lo que pueda suceder ya que esto genera ansiedad.
- Descansar: Mantener hábitos de vida saludables tanto en alimentación como en sueño.
- Buscar momentos para uno mismo: Practica Mindfulness, relájate… ya que te ayudará a estar más presente y calmarte.
Efectos Psicológicos del Coronavirus
Cómo sobrellevar el confinamiento en casa
Cómo controlar el dolor de cabeza en verano
Estos meses de verano he recibido (y sigo recibiendo) consultas preguntando cómo se puede controlar el dolor de cabeza en verano, y creo que puede resultarte de utilidad leer este post con algunas recomendaciones básicas que ofrezco como respuesta.
En esta época, a pesar de la reducción del estrés, la cefalea veraniega puede ser un malestar habitual.
Los cambios de hábitos del verano pueden aumentar la frecuencia de desarrollo del dolor de cabeza o de las migrañas.
Encontramos varios motivos, pero éstos están relacionados con la modificación de costumbres respecto al resto del año: la importante presencia del sol (mucho más intenso que en otras estaciones), los cambios brucos de temperatura, el dormir poco…
Voy a exponerte algunos
de los motivos más habituales:
- Exposición prolongada al sol. La cefalea relacionada con la insolación es un malestar que se manifiesta sobre todo en la frente y que se acompaña de náuseas, visión borrosa y, en casos extremos, puede llegar a ocasionar un golpe de calor y la pérdida de consciencia.
- Luz intensa del sol. El cerebro es sensible a la estimulación sensorial, y la luz es uno de los estímulos más potentes.
- Cambios de hábitos y de alimentación. El cambio de rutinas y el aumento en el consumo de alimentos y de alcohol son factores que predisponen a esta molestia.
- Alteraciones de las rutinas del sueño. El hecho de que haya más horas de luz durante el verano modifica la segregación de hormonas y el sueño, un factor importante en el desarrollo de las cefaleas.
- Viajar. Durante las vacaciones también pueden generarse momentos de estrés por el simple hecho de viajar: tensión del desplazamiento, preparar las maletas, organizar el viaje, viajar muchas horas en coche…
Veamos ahora algunas recomendaciones para evitar la cefalea veraniega:
- Mantener una rutina en los horarios de sueño.
- No pasarse con las comidas copiosas, y consumir de forma moderada los refrescos, alcohol y bebidas excitantes.
- Reducir la exposición excesiva al sol y buscar sombras, no olvidarse de aplicar el protector solar incluso en la sombra.
- Utilizar gafas de sol para la protección ocular.
- Hidratarse de forma constante, aunque no se tenga sed ir bebiendo sorbitos de agua.
Todavía nos queda verano por disfrutar, así que si no lo estás haciendo ya empieza a introducir alguna de las recomendaciones que te he ofrecido en tu día a día y recuerda que si el dolor persiste fuera de esta época veraniega, lo mejor es acudir a tu médico de cabecera.
¿Empezamos a preparar la vuelta al cole?
Con la llegada del mes de septiembre damos por finalizadas las vacaciones de verano, las cuales han supuesto para nuestros hijos unos meses sin ir al colegio, se termina un periodo intenso lleno de momentos agradables y de desconexión…; por lo tanto, no debe extrañarnos que para muchos la idea de tener que volver al colegio no tenga ningún aliciente ya que saben que se encuentran de nuevo con la rutina escolar, y además algunos también se enfrentan a nuevos centros, nuevos compañeros, nuevos profesores …
Para que la vuelta al cole resulte de lo más sencilla os voy a facilitar una serie de pautas que os pueden resultar útiles.
- Demos ejemplo a nuestros hijos y no les transmitamos ideas negativas sobre la pereza que da volver a la rutina.
Pensemos que observan y imitan lo que decimos y hacemos, así que os recomiendo que resaltéis el lado positivo de la vuelta al colegio y de las actividades extraescolares tipo: “verás de nuevo a tus amigos”, “aprenderás cosas nuevas”…
- La adaptación a los nuevos horarios y obligaciones debe realizarse de forma gradual.
Es interesante que cuando se den por finalizadas las vacaciones de verano de los padres se empiecen a recuperar los hábitos normales en cuanto a horario de sueño (levantarse más temprano y acostarse antes), recuperar los horarios de comida…
- Si durante el verano los niños han realizado algunos deberes o han leído, la vuelta a la normalidad les resultará menos costosa porque su rutina veraniega no habrá desconectado del todo de la escolar; particularmente yo recomiendo (aunque hayan aprobado el curso): escribir un diario de verano, leer, repasar conceptos con un cuadernito de verano…
- Empezar a preparar el material escolar desde principio de septiembre involucrándolos a ellos en su preparación: compra de material didáctico, uniforme… que se vayan familiarizando y mentalizando del regreso a la escuela.
- Hablar con ellos sobre futuras dudas que tengan sobre si habrá cambio de profesor, si algún compañero cambiará de escuela… escuchemos sus necesidades y acompañemos en este inicio de etapa.
- Demos importancia al primer día. Nuestros hijos se sentirán mucho más seguros si los acompañamos nosotros el primer día de clase, deben saber que estaremos allí para ayudarles con sus miedos, dudas, inquietudes… es fundamental que el primer día se haga sin prisas y con calma para no añadir todavía más estrés.
Como habéis leído se trata de pautas que son fáciles de aplicar y beneficiosas a la vez; de todas maneras ya sabéis que podéis comentarme todas aquellas dudas que os surjan.
Claves para reforzar tu memoria
¿Eres de los que observas que tu memoria va deteriorándose?
¿Crees que no puedes librarte del estrés?
¿Sabes que un estado de tensión, nervios y alerta constantes hacen que las neuronas envejezcan antes de lo que deberían?
¿Sabes que puedes trabajar tu mente y mantener tu capacidad cognitiva estimulada?
Te voy a presentar unos hábitos que protegen el cerebro:
- Duerme lo suficiente: mientras duermes tu cerebro aprovecha que no debe estar atento a los estímulos externos para consolidar los recuerdos.
- Lee y escribe: leer el periódico, una novela mientras vas en tren, escribir en un diario aquello que te pase por la cabeza, hacer sopas de letras, crucigramas…
- Cultiva tu vida social: la soledad es un factor de riesgo de demencia, así que habla con el vecino, amigo, compañero de trabajo…, cultiva tus aficiones: pintura, música, taller de escritura…
- Mantén a raya el estrés: medita, ya que relaja y cuida la mente; también puedes optar por el yoga y/o taichí a la vez que liberas tensiones corporales a través del ejercicio físico.
- Sal de la rutina: hacer las cosas automáticamente favorece que tu cerebro se acomode y no preste atención a actividades cotidianas, lo cual te perjudica a la larga.
Ejemplo: busca un camino alternativo de casa al trabajo, cámbiate el reloj de muñeca…
- Alimentos a incluir en tu dieta: hay ciertos alimentos que ayudan a mejorar el rendimiento intelectual y cuidan de las neuronas. Algunos de estos son: el cacao, las nueces, el plátano, las espinacas, los huevos, las lentejas, las sardinas…; beber dos litros de agua al día (si te falta agua el proceso de envejecimiento puede acelerarse).
Así que ya puedes ponerte manos a la obra y empezar a entrenar tu cerebro.
Como bien decía Juan Luis Vives:
“La memoria se acrecienta usando y aprovechándose de ella”
Mindfulness en la playa
Te propongo un sencillo ejercicio para que realices cuando estés en la playa.
Ya sabes que para practicar Mindfulness no hace falta irte a lo alto de la montaña, ni tener encendida una vela y una barrita de incienso, ni vestir largas túnicas blancas…
Así que te recomiendo que aproveches la energía de esta estación veraniega y extraigas de ella lo máximo posible.
Primero sería bueno que identificaras qué lugares te aportan paz y te proporcionan nuevas vibraciones.
También es importante disfrutar de esas horas de luz de más que tenemos, de las primeras horas de la mañana, de las largas tardes y noches … presta atención en cómo esto afecta a tu mente y cuerpo.
Ahora sí que te muestro un ejercicio que a mí me gusta mucho realizar cuando voy a la playa:
Se trata de introducir el máximo de sentidos posibles.
- Cuando vayas al agua, mira el color que tiene, observa el paisaje que tienes alrededor (sentido de la vista).
- Escucha el ruido de las olas cuando chocan contra la arena, cómo arrastran pequeñas piedras, el ruido de las gaviotas cuando revolotean por el cielo… (sentido del oído).
- Nota la arena bajo tus pies mientras caminas hacia el agua, percibe cómo cambia tu temperatura corporal al introducir los pies … (sentido del tacto).
- Huele el aroma de la playa: la sal, ese olor que te transporta a la tranquilidad y el bienestar (sentido del olfato).
- Saborea tus labios y nota lo salados que están tras haberte bañado en el agua del mar (sentido del gusto).
- Cuando estés tumbado en la toalla, nota el tacto de la prenda, cómo el sol va calentando tu piel y cómo se van secando poco a poco las gotitas de tu cuerpo (sentido del tacto).
- Huele el aroma a suavizante de tu toalla, la brisa marina, el olor que desprende la protección solar (sentido del olfato).
- Mira el espectacular paisaje que te ofrece la naturaleza, disfruta de las nubes que se van moviendo, la gente disfrutando de un día soleado (sentido de la vista).
- Escucha el viento moviendo tu sombrilla, la risa de los niños … (sentido del oído).
Posiblemente las recomendaciones que acabo de facilitarte las das por hechas y no eres consciente de todo el bienestar que te aportan.
Te invito a que la próxima vez que vayas a la playa seas consciente de lo que te rodea, de tus sensaciones, sentimientos, emociones, bienestar... y si te apetece compartir tu experiencia puedes dejar tu mensaje al finalizar el post.
Como dice Thich Nhat Hanh:
“Los sentimientos van y vienen como las nubes en un cielo ventoso. La respiración consciente es mi ancla”
¿Cómo reponerte cuando un proyecto no sale como esperas?
A veces las cosas no salen como nos gustaría, puede ser una relación, un proyecto… algo en lo que hemos invertido tiempo y esfuerzo, y nos gustaría remontar pero no sabemos cómo.
A continuación te facilito algunas pautas:
Controla las expectativas
El primer paso para protegerte de la desagradable sensación de sentirte decepcionado es no generar demasiadas expectativas respecto a algo o alguien. Intenta ver a las cosas y a las personas como son y no como quieres que sean.
Expresa y regula las emociones
Cuando un proyecto no sale tal y como esperábamos aparecen emociones relacionadas con la tristeza, miedo, rabia o frustración.
Es importante aprender a identificar, vivenciar, regular de manera saludable para que no vayan a más y se vuelvan en nuestra contra.
Debes darte un espacio para liberar la rabia que se haya podido producir ante la situación inesperada.
Actitud
Cada uno debe ser como es, nunca como “marca” una corriente social, económica o personal.
La actitud de cada persona es de vital importancia a la hora de levantar el ánimo tras un proyecto fallido.
Cree en ti
Creer en nosotros mismos es algo que elegimos, es una posición que decidimos tener ante la vida y puede ir creciendo con el tiempo en la medida que desarrollemos los pilares en nuestro interior que sostengan ese sentimiento.
Por ejemplo: centra tu energía en lo que SI vale la pena.
Comienza a enfocarte en lo que SI puedes hacer, en las cosas buenas que tienes (en todas las áreas de tu vida), en tus fortalezas, tus capacidades…
Deja de lado los pensamientos negativos tipo: “No puedo”, “Es imposible…” ya que lo que consiguen es PARALIZARTE.
No te das cuenta, pero al pensar y sostener éstos pensamientos negativos lo que hacen es disminuir más tu autoestima que es como el motor que te impulsa hacia donde tú quieres.
Es importante también que te olvides de entregar tu poder personal a otros; no pienses más en lo que otros pueden pensar o no y concéntrate en TI.
Necesitas reforzar tus decisiones y acciones con lo que TU quieres hacer, con tus objetivos, sueños…
Y recuerda unas bonitas palabras de Victor Hugo:
“Incluso la noche más oscura terminará con la salida del sol”
Las técnicas de respiración más adecuadas
“Los sentimientos vienen y van, como las nubes en el cielo. La respiración consciente es mi ancla”Thich Nhat Hanh
Vivir con más calma
“Una mente en calma trae fuerza interior y confianza en uno mismo, por eso es muy importante para la buena salud”
Dalai Lama