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Aida Canals

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Aida Canals Psicóloga blog
Un buen descanso diario es la clave para mantener una salud óptima, tanto física como emocional. Si no descansamos bien, se ve afectada nuestra productividad y nuestro rendimiento. El estado de reposo que alcanzamos cuando dormimos nos ayuda a recuperar el organismo y a establecer nuestra mente. ¿Cuándo decimos que el sueño es reparador? Cuando nos levantamos con energía y con la sensación de haber descansado. Probablemente si estás leyendo este post es porque te has identificado con el título, y te resulta un trabajo imposible dormir durante estos meses de verano debido a las altas temperaturas y al incremento de horas de luz que afectan a nuestros ritmos circadianos. Voy a proponerte una rutina de sueño para que consigas un sueño reparador y recuerda que es importante no perder la calma y tomar medidas para poder disfrutar de un descanso saludable.
  • Establece una rutina: lo ideal es levantarte y acostarte a la misma hora para que el organismo se auto regule (aunque estés de vacaciones).
  • Toma una ducha de agua caliente antes de acostarte: alivia los dolores y relaja los músculos del cuerpo.
  • Haz ejercicio durante el día: gasta tu energía durante el día y estarás listo para dormir mejor. Practica también ioga, respiraciones profundas y acompáñate de música relajante, también puede ayudarte a conciliar el sueño.
  • Las cenas tienen que ser ligeras: cena pronto ya que ir a dormir con el estómago lleno produce insomnio, y espera un par de horas entre la cena y irte a dormir. Las cenas pueden ser a base de frutas y verduras. Es necesario que los ingredientes incluyan triptófano (se trata de un aminoácido esencial en la regulación del sueño).
Te preguntarás posiblemente: ¿Qué alimentos lo contienen? Algunos de ellos son: la leche, los frutos secos   (los anacardos y las nueces son los que tienen las cantidades más  altas), el pollo, las espinacas…
  • En momentos de calor excesiva: bebe agua, pero no demasiado helada ya que puede afectar a la faringe y a las mucosas.
  • Mantén un ambiente fresco en casa: sea ventilando o poniendo el aire acondicionado. Lo ideal de éste es que no se encuentre dentro de la habitación donde duermes, que no apunte directamente hacia el cuerpo y que la temperatura no sea inferior a los 20 grados. Abusar del aire acondicionado puede causar resfriados o problemas de cuello, así que es recomendable buscar también otras alternativas como dormir con las ventanas abiertas.
  • Bebe líquidos durante el día: incluye los zumos y las infusiones, y evita las bebidas alcohólicas y aquellas que contengan cafeína, ya que puede que te hagan despertar durante la noche.
  • Prueba las plantas naturales: la pasiflora favorece el sueño reparador; la rosella de california disminuye el nerviosismo que sentimos cuando no podemos dormir…
Antes de ir a dormir puedes …
  • Leer un libro: leer ayuda a desconectar después de un día agitado.
  • Hacer estiramientos: alivian dolores y a la vez relajan el cuerpo.
  • Meditar un poco: despejar la mente permite quedarse dormido más rápido.
  • Apagar las luces y los aparatos electrónicos: apaga todas las luces y tapa la luz de los dispositivos.
¿Por qué? Porque son una fuente de calor, y la luz de las pantallas confunde a la glándula pineal que es la encargada de segregar la melatonina. Si te despiertas y te cuesta volver a dormir, es mejor que te levantes, por ejemplo te bebas un vaso de agua, y te vuelvas de nuevo a la cama.   Espero que te haya resultado interesante lo que has leído, te invito a que pruebes algunos de los tips que te he propuesto, y si te apetece contacta conmigo para explicarme tu experiencia.  

¡Feliz descanso y feliz verano!