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En este último trimestre del año, por un lado, me estoy encontrando con ciertos familiares y amigos que se quejan de que les falla la memoria y de que tienen miedo de sufrir el “temido” Alzheimer.
Yo, les respondo, que si les falla la memoria y les cuesta razonar que no se preocupen porque no tiene nada que ver con un principio de demencia.
Las constantes preocupaciones, tener que lidiar con varios frentes a la vez … agota el cerebro, y para combatirlo, se pierde la atención.
Por eso, después no nos acordamos de las cosas.
¿Qué hacer?
Frenar el ritmo (desconectar el piloto automático) y elegir bien lo que queremos hacer de verdad (atención plena) es la solución.
Con la práctica de Mindfulness, aprendemos a estar presentes para poder responder sabiamente a los desafíos y experimentar cada momento según va desarrollándose.
Se necesita un tiempo de práctica para ver resultados, ya que éstos no son inmediatos; pero recuerda que una semilla necesita tiempo para crecer, abono y agua cada día.
Sé paciente y constante.
Por otro lado, está la reciente muerte de dos amigos jóvenes, (y, uno que ha sufrido un ictus, pero se está recuperando favorablemente); que también te hace reaccionar de inmediato invitándote a reflexionar que necesitas hacer las cosas de una forma distinta, más lenta, menos y mejor.
¿Qué propongo?
- Dedicar un tiempo a comprender tus necesidades.
- Tómate unos minutos para ti. Busca un lugar tranquilo, un momento del día en que sabes que nada ni nadie puede molestarte: desconecta del móvil, de televisión … y céntrate en responder a las siguientes preguntas:
- ¿Cómo quieres que sea tu vida?
- ¿Cuáles son tus prioridades?
- ¿Cuáles son tus sueños?
- ¿Qué quieres hacer antes de morir?
- ¿Qué es lo que sientes?
- ¿Por qué no dices todo lo que necesitas decir AHORA?
Vive aquí y ahora, no hay más momento que éste – Osho