Artículos y publicaciones

Adolescentes

2 Jun

La importancia del control parental en Internet

Es cierto que vivimos en una época donde existe un rápido incremento del uso de Internet, donde cada vez más, existe un contacto más frecuente y constante con esta herramienta; tanto en el ámbito laboral, escolar y familiar. También es cierto que internet ha permitido incorporar toda una serie de elementos y aplicaciones muy interesantes y facilitadores, que permiten una mejora de la calidad de vida; pero también es cierto que existe una vertiente negativa a la que se expone cualquier usuario que no sepa gestionar de forma correcta la interacción con este medio. Aquí, los padres deben tener claro que su tarea como educadores involucra el saber transmitir todos aquellos elementos posibles para que sus hijos hagan un uso positivo de Internet y puedan estar protegidos de los peligros que existen; ya que la red contiene un conjunto de amenazas para los menores que los padres deben conocer para poner los medios adecuados para controlarlos o evitarlos.   Algunos aspectos a considerar: • Existencia de ciberbullying entre menores a través de la red. Los hijos podrían tener contacto como víctimes, agresores o espectadores. • Presencia de grooming por parte de un adulto a un menor, en el que se busca establecer una relación con contenidos sexuales mediante distintas formas de chantaje emocional. • El uso y difusión inadecuados de información con datos personales, fotos, vídeos ... A través de las redes sociales como Facebook o Instagram, y que pueden afectar gravemente a la privacidad personal. • Adicción a Internet, cuando el tiempo de conexión es excesivo y dificulta la participación del menor en otros entornos. • Otros riesgos de la red, como los virus, que pueden afectar al soporte informático familiar. Todos estos elementos, se caracterizan por una rápida evolución y un cambio constante. Por lo tanto es imprescindible que los padres los conozcan para poder actuar y establecer unos criterios claros sobre el modelo de interacción que los hijos deben tener con esta tecnología.   ¿Por dónde empezar? Implicación en el uso que los menores hacen de la red. Esto incluye desde la presencia física, en el caso de la navegación de los más pequeños, hasta interesarse por las páginas que consultan. • Situación del ordenador en una zona de uso común de la casa. Es recomendable que sea un sitio de paso que favorezca el uso visible de lo que se está haciendo. • Estableciendo pautas de uso claras respecto del tiempo de navegación y frecuencia. Para establecer las normas, se debe tener en cuenta la edad y la madurez de cada menor. • Transmitiendo la importancia de la privacidad, tanto la propia como la de los demás. Concienciarlos en la prudencia a la hora de hacer difusión de información personal, y ayudarles a crear claves de acceso - contraseñas seguras que no proporcionen información a personas desconocidas. • Advirtiendo de otros posibles riesgos. Por ejemplo: encuentros con desconocidos, descargas de archivos de origen desconocido... • Instalación de sistemas de control externo. Para ayudar a controlar el acceso a determinados contenidos. • Teniendo siempre actualizadas las herramientas de seguridad del terminal informático.   Si crees que este post puede ayudar a alguien, te invito a que lo compartas.
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22 May

Depresión en adolescentes

Una de cada cuatro adolescentes de 14 años manifiesta síntomas de depresión, mientras que en el caso de los chicos la proporción es del 10%. Los antecedentes psicológicos de los dos progenitores (padre y madre) son un factor de riesgo y se debe trabajar de forma precoz con el cuadro familiar. Los padres que sufren depresión deberían ponerse en manos de profesionales y hacer un seguimiento de los hijos ya que la forma de relacionarse de éstos con el mundo viene determinado en buena medida por lo que ven en casa. Los padres transmiten miles de mensajes a los niños, no sólo con lo que les dicen sino también por cómo afrontan las demandas del día a día y en la manera de quererse a uno mismo y a los demás. Es a partir de los 13 años, coincidiendo con el inicio de la adolescencia, cuando se manifiestan los primeros síntomas depresivos. La inestabilidad emocional es una característica de la adolescencia y suele mejorar cuando la persona madura y adquiere mecanismos de afrontamiento óptimos.   Algunas Recomendaciones Estar atentos a la evolución de cada hijo, sobre todo si se dan factores de riesgo, como vivir una experiencia estresante o tener a familiares próximos con trastornos. La mayoría de padres no son conscientes de la gravedad de la situación. El distanciamiento de los amigos, la tristeza, los cambios en el estado de ánimo, la irritabilidad, las alteraciones en los hábitos del sueño o de la alimentación pueden poner a los padres en alerta. También hace falta hablar con los hijos y manifestarles la disponibilidad por si quieren pedir ayuda.   Alerta a los siguientes cambios Cambios emocionales
  •  Irritabilidad.
  •  Sentimiento de tristeza.
  •  Falta de interés en las actividades normales.
  •  Baja autoestima.
  •  Dificultad para concentrarse, recordar cosas, tomar decisiones.
Cambios en el comportamiento
  •  Cansancio y falta de energía.
  •  Cambios en los hábitos alimenticios.
  •  Quejas frecuentes de dolor de cabeza sin causa aparente.
  •  Faltas de asistencia frecuentes al centro escolar.
  •  Insomnio o dormir demasiado.
  Cómo combatirla Hablando. Indagar causa y el apoyo de la familia es un pilar esencial en su recuperación. Acudiendo a un profesional. Iniciar tratamiento si es necesario. La terapia es una vía de expresión y canalización de los sentimientos. Planificando rutinas. Practicando ejercicio físico y si es al aire libre o en grupo mejor.  

“Los jóvenes siempre han tenido el mismo problema; cómo ser rebelde y conformarse al mismo tiempo”

Quentin Crisp

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14 Abr

No sé QUÉ hacer con mi hijo/a adolescente y sus notas

Cada vez acuden a consulta más padres de adolescentes preocupados porque sus hijos pierden el interés por los estudios, y no se implican en estar atentos en clase, tomar apuntes… En la gran mayoría de los casos, estas situaciones suelen ser temporales y tienen mucho que ver con los cambios que sufren en la adolescencia.   La adolescencia se trata de un período en el que los adolescentes están empezando a ser adultos, en el que viven profundas transformaciones biológicas y alteraciones emocionales. Lo más importante es saber que tienen a sus padres cerca para ayudarles y descubrir QUÉ les ocurre realmente. Entre las causas más frecuentes con las que me suelo encontrar son los malos resultados académicos. Algunos adolescentes encuentran una presión excesiva y notan que se quedan retrasados respecto a sus compañeros de clase.   ¿Cómo ayudarle?   Evita las presiones No debes castigarlo ni amenazarlo para que estudie, eso solo empeorará las cosas. Obligarlo a que no salga de su cuarto hasta que no acabe de estudiar o hacer los deberes no es ninguna garantía de que aprenda, podría quedarse horas encerrado en su habitación distraído con cualquier cosa que haya en ella.   Motiva con algo que quiera Una forma de estimular a tu hijo adolescente para que estudie es motivarlo con algo que quiera, por ejemplo: "Acaba los deberes y así puedes ir más temprano a casa de tu amigo o él puede venir”.   Crea un espacio exclusivo para el estudio Es necesario que establezcas normas; es decir, un tiempo y un lugar físico estipulado cada día que se dedicará en exclusiva al estudio sin ningún tipo de distracción. De esta manera contribuyes a que el niño tenga que cumplir un hábito, al principio le costará pero lo irá asimilando. Puedes incluir unos 5 o 10 minutos de descanso.   Demuéstrale una actitud positiva Intenta siempre tener una actitud positiva ante tu hijo, él tiene que percibirte como un apoyo; alguien que lo ayuda a superar el problema. No grites ni critiques, esto solo contribuirá a que el niño tenga más ansiedad, procura mantener la calma.   Fija objetivos realistas y claros Por ejemplo: "comenzar a leer" no es claro pero sí lo es "leer un libro cada mes".   Refuerza su autoestima Hay que tener en cuenta que los éxitos animan y los fracasos desaniman. Esa es una buena razón para que ayudemos a los adolescentes a fijarse metas moderadas, aunque no excesivamente, para que vayan consiguiendo éxitos que les animen a seguir con el esfuerzo.   Mantén la disciplina Es importante que sea capaz de tener fuerza de voluntad y que sepa que los adultos que lo rodean confían en él.   Si crees que ya has agotado todos los recursos y no puedes más, te invito a que contactes conmigo.   Concertamos una primera sesión donde me explicas cómo es tu hijo/a, QUE problema/s crees que tiene, desde cuando su resultado académico ha empeorado… Posteriormente tendré una primera sesión con él/ella donde elaboraré su historia indagando sobre los motivos por los cuales hay un cambio de actitud referente a su situación académica. Si es pasotismo, falta de actitud, desmotivación, bullying… Elaboraremos juntos unos objetivos y trabajaremos sobre ellos siguiendo unas directrices consensuadas para conseguir unos resultados satisfactorios.   ¿Qué voy a enseñarle? Técnicas de estudio, de atención y concentración, de motivación; ejercicios de respiración y relajación… entro otros.   ¿Cuándo empezamos?
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16 Mar

Se aproxima el final de la ESO, y ahora ... ¿QUÉ?

En nuestro viaje por la vida llegan momentos en los que el camino no va en línia recta y se deben tomar decisiones sobre la nueva dirección a seguir. Es importante ser conscientes de que se aproxima un momento donde se debe tomar una opción y ir previendo con tiempo hacia dónde continuará nuestro viaje, evaluando nuestras posibilidades, capacidades, revisando el equipaje para ver si contamos con el material necesario para continuar... Con esto evitaremos pasar mucho tiempo en el cruce o emprender un camino equivocado por falta de previsión o reflexión. Uno de estos momentos cruciales se presenta ante los adolescentes al acercarse el final de la ESO. Es un momento delicado, pues deben elegir un itinerario formativo que puede determinar o condicionar su futuro.   Tomar una decisión Tomar una decisión de este tipo alrededor de los 16 años, en plena adolescencia, no es nada fácil. Es bueno que sepamos que en esta etapa de la evolución de todo ser humano la persona se encuentra realizando “tareas” muy importantes: distanciamiento de la relación de dependencia con los padres, mayor autonomía para encontrar la propia identidad... Sin embargo, las capacidades intelectuales del adolescente tienen algunas limitaciones que pueden impedir que se  tomen las decisiones adecuadas o, al menos, constituirán una dificultad a la hora de tomar la mejor opción. El pensamiento adolescente se puede ver limitado por la incapacidad de ver diferentes perspectivas a la suya o soluciones a un problema (egocentrismo). Esta incapacidad del adolescente de salir de su centro para “ver” la vida desde otras perspectivas se puede manifestar de varias maneras. Una de ellas es la necesidad de actuar para una audiencia: necesita llamar la atención, lo que puede influir en tomar decisiones no adecuadas. Otra manifestación es imaginarse en el futuro, vivir una especie de “mundo ideal”, pero sin tomar las decisiones o dar los pasos necesarios para alcanzar ese futuro en el presente. Su capacidad de razonamiento le puede jugar una mala pasada. De hecho, es normal que el adolescente tienda a pensar demasiado en las opciones y alternativas; prevé tantas, que no se siente capaz de optar por ninguna, o, a veces, opta por la menos adecuada. En estas circunstancias se encuentran los adolescentes cuando al final de la ESO deben elegir entre: las diferentes modalidades de bachillerato, ciclos formativos o incorporación al mercado laboral. No basta optar por una de ellas, pues cada opción presenta al mismo tiempo diferentes alternativas: qué bachillerato o qué ciclo formativo. Optar por incorporarse al mercado laboral puede tener para el adolescente el atractivo de alcanzar una independencia económica, pero la desventaja es la falta de cualificación y la precariedad de los empleos a los que podría optar. Al mismo tiempo, el tener que decidirse por una de estas opciones puede convertirse en una oportunidad de crecimiento y de desarrollo para el adolescente, ya que le ayudará a crecer en autodeterminación, autoestima y a delinear su identidad si la decisión ha sido acertada, pudiendo producir los efectos contrarios si la decisión ha sido errónea.   Algunas Recomendaciones: • Hablar, compartir sus intereses y inquietudes, ofrecer sin imponer diferentes puntos de vista y otras posibilidades. • Animar a explorar diferentes “rutas” y a valorar los pros y contras de cada una ellas. Estudiar las diferentes alternativas. • Invitar a desarrollar actividades y aficiones que potencien sus habilidades y que le proporcionen información sobre sus gustos, intereses y capacidades. • Generar un clima de confianza, confiar en su capacidad de tomar decisiones.   Si crees que este post te ha resultado útil y puede ayudar a alguien más, te invito a que lo compartas.
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10 Dic

El consumo y los adolescentes

Se acercan las fiestas navideñas y tanto niños como adolescentes están inmersos en un círculo de consumismo imparable que no tiene consecuencias positivas para ellos. El consumismo lleva a éstos a no sentirse satisfechos con nada y a la vez desarrolla en muchos de ellos un rechazo hacia el esfuerzo y el sacrificio. El consumismo no solo repercute sobre la conducta sino que hay otros factores como la moda, amigos… que también influyen. Esta “locura” de comprar y de ir a la moda puede hacer caer a nuestros jóvenes en conductas superficiales, en valorar a las personas por lo que tienen y no por lo que son.   Qué lleva a los adolescentes a ser consumistas. Presión de la sociedad: cada vez ésta da más importancia a lo que tienes sobre lo que eres. Publicidad constante: a estas edades no tienen completamente formado el pensamiento crítico, son mucho más vulnerables de lo que somos los adultos y están bombardeados por la publicidad. Pertenencia al grupo: la necesidad de pertenecer a un grupo y ser aceptados por él es muy fuerte en estos años. Y en muchos casos, los adolescentes sienten que para pertenecer al grupo en el que quieren estar, necesitan tener una serie de cosas que generalmente incluye la ropa y aparatos electrónicos. Intolerancia a la frustración: si siempre consiguen lo que quieren, si no se les da un NO cuando piden y piden … esto tendrá efectos negativos en su edad adulta, porque cuando se hagan mayores encontrarán que no pueden tener todo lo que quieren, no tendrán mecanismos para enfrentarse a esa frustración ni sabrán cómo manejarla; lo que conlleva a poder sufrir problemas emocionales. Constante insatisfacción: cuando los niños se acostumbran a tener TODO lo que piden, el interés por las cosas nuevas cada vez les dura menos; ya que siempre quieren más y eso ocurre con los adolescentes que no tienen freno en el consumo. Problemas en la economía familiar: los gastos normales que ocasionan los hijos como la ropa, los libros, la formación… ya supone una gran carga para la mayoría de las familias; si a esto añadimos continuas peticiones de objetos caros … la situación puede volverse insostenible para la mayoría de las economías familiares.   Cómo combatir este consumismo Enseñemos el valor del dinero y del trabajo. Los niños deben entender que el dinero hay que ganarlo y hay que trabajar duro. Los adolescentes son capaces de entender lo que cuesta ganar el dinero y una buena manera de entenderlo es que trabajen ellos durante sus vacaciones. Eduquemos con valores morales. Hay que enseñar a los niños a valorar a los demás por lo que son y no por lo que tienen, y esto empieza desde niños reforzándose en la adolescencia. Aprendamos a decir NO. No podemos suplir el no dedicarles tiempo con comprarles cosas para aliviar esa “culpabilidad”. No les hacemos ningún bien actuando de esta manera. Escalonemos las compras. Educar en el consumo no quiere decir que los adolescentes no compren nada o no tengan cosas, ya que como bien he comentado vivimos en una sociedad basada en el consumo y consumirán, pero hay que intentar que este consumo sea responsable y racional. Por ejemplo: podemos negociar con ellos que si quieren una cosa no tendrán otra en un determinado plazo de tiempo. O que si quieren algo muy caro deberán pagar una parte ellos (con sus ahorros). Se trata de buscar estrategias que les ayuden a valorar tanto el valor de las cosas como la certeza de que no pueden tenerlo todo.  
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23 Oct

¿Cómo entender la adolescencia?

Hoy en día debemos admitir que los niños crecen a pasos agigantados, sumado al ritmo frenético de la vida que llevamos: horario escolar, extraescolar, nuevas tecnologías… por si no tenemos bastante quieren imponer cada vez más a edades tempranas sus propios criterios y con “exigencias” en muchos casos. Todos sabemos distinguir en un niño un comportamiento adecuado de uno que no lo es, pero cuando nuestro hijo es un adolescente, es frecuente no distinguir cuando una conducta rebelde no es sólo normal sino necesaria. ¿Qué edades comprende? La adolescencia se inicia a los 11-12 años hasta los 18-20 años. En esta etapa evolutiva nos encontramos con un camino nada fácil. Entre la niñez y la vida adulta hay una serie de cambios fisiológicos, psicológicos … que el propio adolescente tiene que ir descubriendo y aceptando. Hay una lucha continua entre su autonomía y la necesidad tanto de apoyo como de aceptación de los demás. El adolescente necesita distanciarse de la relación de dependencia con sus padres para encontrar su propia identidad. La búsqueda de esta independencia le hace ser: inconformista, rebelde, se niega a cumplir las normas, se siente incomprendido, no tiene control sobre sus emociones ... con lo cual le hace ser impulsivo. Cómo tratar la rebeldía Aunque ésta forma parte de la evolución del adolescente, te facilito algunos tips para que puedas ayudarle y mejorar la relación:   -      Hablar de manera tranquila, exponiendo los diferentes puntos de vista. -      Negociar en lugar de “imponer” normas. -      Darle cierta autonomía en la media en que cumple con sus responsabilidades. -      Valorar lo bueno que hace. -      Pasar tiempo juntos, interésate por sus preocupaciones. -      Tener paciencia. Nosotros somos los adultos y tenemos más recursos.   La relación que vamos a mantener con nuestros hijos durante esta etapa va a ser una continuación de lo que hayamos compartido juntos hasta el momento. Si hemos construido un clima familiar con una buena comunicación y respeto, será más probable que los posibles conflictos se solucionen satisfactoriamente. Si consideras que los conflictos son muy habituales, incluso graves y has intentado todo lo que está en tu mano para solucionarlo, te recomiendo que pidas ayuda con un profesional de la psicología.
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