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Aida Canals

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Aida Canals Psicóloga blog

Estos meses de verano he recibido (y sigo recibiendo) consultas preguntando cómo se puede controlar el dolor de cabeza en verano, y creo que puede resultarte de utilidad leer este post con algunas recomendaciones básicas que ofrezco como respuesta.

En esta época, a pesar de la reducción del estrés, la cefalea veraniega puede ser un malestar habitual.

Los cambios de hábitos del verano pueden aumentar la frecuencia de desarrollo del dolor de cabeza o de las migrañas.

Encontramos varios  motivos, pero éstos están relacionados con la modificación de costumbres respecto al resto del año: la importante presencia del sol (mucho más intenso que en otras estaciones), los cambios brucos de temperatura, el dormir poco…

Voy a exponerte algunos de los motivos más habituales:


  • Exposición prolongada al sol. La cefalea relacionada con la insolación es un malestar que se manifiesta sobre todo en la frente y que se acompaña de náuseas, visión borrosa y, en casos extremos, puede llegar a ocasionar un golpe de calor y la pérdida de consciencia.
  • Luz intensa del sol. El cerebro es sensible a la estimulación sensorial, y la luz es uno de los estímulos más potentes.
  • Cambios de hábitos y de alimentación. El cambio de rutinas y el aumento en el consumo de alimentos y de alcohol son factores que predisponen a esta molestia.
  • Alteraciones de las rutinas del sueño. El hecho de que haya más horas de luz durante el verano modifica la segregación de hormonas y el sueño, un factor importante en el desarrollo de las cefaleas.
  • Viajar. Durante las vacaciones también pueden generarse momentos de estrés por el simple hecho de viajar: tensión del desplazamiento, preparar las maletas, organizar el viaje, viajar muchas horas en coche…

Veamos ahora algunas recomendaciones para evitar la cefalea veraniega:

       

  • Mantener una rutina en los horarios de sueño.
  • No pasarse con las comidas copiosas, y consumir de forma moderada los refrescos, alcohol y bebidas excitantes.
  • Reducir la exposición excesiva al sol y buscar sombras, no olvidarse de aplicar el protector solar incluso en la sombra.
  • Utilizar gafas de sol para la protección ocular.
  • Hidratarse de forma constante, aunque no se tenga sed ir bebiendo sorbitos de agua.

Todavía nos queda verano por disfrutar, así que si no lo estás haciendo ya empieza a introducir alguna de las recomendaciones que te he ofrecido en tu día a día y recuerda que si el dolor persiste fuera de esta época veraniega, lo mejor es acudir a tu médico de cabecera.