Atención Psicológica al cuidador y familiar de Alzheimer
¿Quieres saber qué es una demencia y cuáles son sus síntomas?
¿Quieres saber cómo prevenir la demencia senil?
¿Quieres saber qué es la enfermedad de Alzheimer?
Si tus respuestas son afirmativas, te invito a que leas mis anteriores posts donde hago referencia a estos temas en:
Seguir leyendo ...
https://aidacanals.com/category/demencias/
En este post, voy a hacer referencia a la intervención psicológica, la cual trata de ofrecer un apoyo para prevenir y tratar estados emocionales negativos para la salud de los cuidadores y familiares de enfermos de Alzheimer. Se pretende favorecer principalmente la aceptación de la enfermedad por parte del cuidador o familiar del enfermo, potenciar el buen afrontamiento de la situación, reorientar las respuestas, reducir el estrés, ofrecer pautas para el manejo del enfermo y reencontrar un estilo de vida más saludable. ¿De qué manera? Ofreciendo una atención psicológica individualizada. Dirigida fundamentalmente a cumplir los siguientes objetivos: o Ofrecimiento de un apoyo humano para que el cuidador pueda canalizar y expresar sus emociones. o Favorecimiento del proceso de aceptación de la enfermedad. o Tratamiento de los conflictos y modificación de las conductas desadaptativas. o Prevención de las alteraciones psicológicas perjudiciales, proponiendo respuestas alternativas y compatibles con el cuidado del enfermo. Ofreciendo una atención psicológica grupal Sus objetivos son: o Favorecer la extraversión de los conflictos personales. o Reequilibrar descompensaciones psíquicas derivadas de la atención continuada a familiares con EA. Ofreciendo un grupo de apoyo psicosocial Cuando la EA afecta a la pareja se produce un cambio de roles y a medida que la enfermedad avanza el rol de marido o esposa, es sustituido por el de cuidador. Como tarea básica del trabajo profesional con este colectivo tenemos:- Identificar las necesidades de conocimiento que se presenta.
- Desarrollar habilidades para el cuidado cotidiano de la pareja.
- Manejar las demandas de forma racional.
- Brindar un espacio de reflexión y de intercambio con otros cuidadores y con diferentes profesionales que permita interpretar correctamente la enfermedad, así como tomar conciencia de sus propias actitudes y limitaciones con respecto a la misma.
Si me ves y te das cuenta que no veo, Mírame. Si me ves y te das cuenta que no oigo, Háblame. Si me ves y te das cuenta que tartamudeo, Escúchame. Si me ves y te das cuenta que no te puedo tocar, Tócame. Si me ves y te das cuenta que me cuesta moverme, Muéveme. Si me ves y te das cuenta de que he caído, Levántame. Si me ves y te das cuenta de que tirito, Abrázame. Si me ves y te das cuenta de que lloro, Déjame llorar. Pero no dejes nunca de mirarme, de hablarme, escucharme, de tocarme, de moverme, de levantarme, de abrazarme. Y por encima de todo, No dejes nunca de quererme.
Cómo prevenir la demencia senil
A medida que nos hacemos mayores, nos damos cuenta como nuestra memoria empieza a fallar, y no resulta tan eficaz como lo era antes.
La capacidad para recordar empieza a ser un problema y es de ahí de donde deriva la enfermedad conocida como demencia senil.
Se trata de una de las más comunes de las demencias, la que está relacionada a la edad avanzada y caracterizada por la pérdida de memoria, trastornos del sueño, cambios de personalidad repentinos, problemas psicomotrices...).
Es importante tomar medidas para prevenir la demencia senil y tratar de evitar que ésta se manifieste en personas sanas y jóvenes.
Sí es cierto que no podemos luchar contra el paso del tiempo, pero sí podemos llevar a cabo algunas acciones que pueden ayudarnos a prevenir la demencia senil y que podemos empezar a practicar cuanto antes.
Desarrollo a diario de actividades que estimulen la actividad cerebral, para mantener el cerebro en forma.
El cerebro (al igual que el resto de los músculos, si no lo usamos, se atrofia).
¿Cómo podemos mantenerlo activo?
Leyendo libros, periódicos, escribiendo, haciendo sopas de letras, sudokus, ejercicios de estimulación cognitiva (donde se trabaje la atención, la percepción, la memoria…); aprendizaje de cosas nuevas…
Relación con el entorno.
Para que el cerebro no sufra los efectos del tiempo, se recomienda mantener relación no solo con los familiares y los amigos de toda la vida, sino también con otras personas, por ejemplo: acudir al centro cívico del barrio…
La cuestión es conocer gente nueva con la que compartir intereses y gustos similares a los nuestros… y de esta manera ejercitamos nuestra memoria al tener que recordar caras y nombres nuevos.
Creación de rutinas y hábitos.
Estableciendo un horario fijo para desarrollar las actividades diarias.
Alimentación.
Consumo de ciertas vitaminas como la: B6, B9 y B12 ya que está demostrado que ayuda a prevenir este tipo de demencia.
Evitar el consumo excesivo de grasas saturadas que contribuyen a aumentar los niveles de colesterol, y por lo tanto, el riesgo de padecer enfermedades cerebrovasculares.
Controlar el estrés.
El cortisol (hormona del estrés) provoca daños al cerebro con el paso del tiempo y puede provocar pérdidas de memoria para aprender y concentrarse (independientemente de la edad), por lo tanto, es bueno mantener el estrés a raya.
Puedes ayudarte de la meditación, ejercicios de respiración…
Dormir lo suficiente.
El sueño es necesario para la consolidación de la memoria.
Es recomendable dormir de 6 a 8 horas diarias y mantener una buena higiene del sueño.
Ejercicio físico.
Es recomendable que se practique de manera regular para oxigenar el cerebro, favorecer al rejuvenecimiento de las células y retrasar problemas motores.
Si crees que empiezas a tener indicios de demencia senil, o algún otro tipo de trastorno cognitivo; consulta a tu médico quien te derivará si lo considera necesario al especialista para que evalúe tu estado.
En caso de querer mejorar tu capacidad cognitiva, puedes contactar conmigo para solicitar información de los talleres abiertos tanto individuales como grupales que actualmente imparto.
Seguir leyendo ...
¿Qué es la enfermedad de Alzheimer?
Hace un tiempo escribí y publiqué un post que hablaba sobre qué es una demencia y cuáles son sus síntomas. En éste, voy a hablar más concretamente de la enfermedad de Alzheimer: enfermedad neurodegenerativa, incurable y terminal, que se manifiesta como deterioro cognitivo y trastornos conductuales, apareciendo con mayor frecuencia en personas mayores de 65 años.
Cuáles son sus principales síntomas
Seguir leyendo ...
- Pérdida de memoria: Una de las más comunes señales de la demencia es la de olvidar información recién aprendida; se empieza a olvidar con más frecuencia y no se puede recordar la información más tarde, acostumbran a ser olvidos de fechas, nombres, números de teléfono… siempre de hechos recientes.
- Dificultad para desempeñar tareas habituales: se hace difícil completar actividades de rutina, como preparar una comida, hacer una llamada telefónica…
- Problemas de lenguaje: se olvidan palabras simples o se sustituyen palabras desconocidas al hablar y/o escribir.
- Desorientación de tiempo y lugar: pueden perderse en la misma calle donde viven, no saber dónde están ni cómo volver a casa.
- Falta del buen juicio: pueden vestirse inapropiadamente, poniéndose poca ropa cuando hace frío por ejemplo.
- Colocación de objetos fuera de lugar: pueden guardar cosas en lugares poco comunes como por ejemplo: las llaves de casa en la basura…
- Cambios de humor o comportamiento: presentan cambios repentinos de humor (de felicidad a enojo, por ejemplo) sin razón aparente.
- Cambios en la personalidad: también pueden presentar cambios drásticos en la personalidad: desconfiados, depender mucho de un miembro de la familia…
- Pérdida de iniciativa: pueden volverse pasivos, sentándose frente a la televisión horas y horas, durmiendo más de lo normal … Necesitan estímulos constantes.
¿Qué es una demencia y cuáles son sus síntomas?
La demencia es la principal causa de incapacidad en la tercera edad, suele empezar con pequeñas alteraciones de la memoria y pasa por diferentes fases.
Los primeros síntomas de demencia son leves y pocas veces son asociados a una posible enfermedad.
Algunos de ellos son:
Seguir leyendo ...
- Pérdida de memoria.
- Dificultad para desempeñar tareas habituales.
- Problemas de lenguaje.
- Desorientación de tiempo y lugar.
- Cambios de humor y de comportamiento.
- Pérdida de iniciativa.