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¿Cómo actuar ante los miedos de los niños?
Los niños van pasando por diferentes etapas a lo largo de su infancia y con cada etapa viven diferentes miedos; se trata de miedos evolutivos que suelen ser poco intensos y no acostumbran a durar demasiado tiempo, aunque los niños los vivan de manera intensa y a los padres nos parezca que esta temporada nunca acaba.
Voy a mostrarte unas sencillas pautas para que apliques ante los miedos típicos.
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- No dejes al niño solo cuando tenga miedo. Se trata más bien de escucharlo, respetar lo que dice, ya que es un sentimiento muy real el que siente y que le hace sentirse mal.
- Ante el típico miedo a los monstruos, puedes buscarlos con él dentro del armario o debajo de la cama. Que vea que no están y para que se sienta más seguro le puedes ofrecer a la hora de acostarse un muñeco que le sirva de protección. También es un buen recurso leerle cuentos sobre esta temática.
- Si pide que le dejes la luz encendida o la puerta abierta, es mejor que lo hagas ya que se siente amenazado; cuando consiga superar el miedo que le hace sentir mal ya no necesitará la luz encendida y será un logro para él que puedes ir recordándole cuando lo consideres necesario de cómo ha sido capaz de superar su miedo a la oscuridad.
- Buscará tu protección, ofrécele apoyo hasta que consiga vencer sus temores: abrázalo, cántale hasta que se duerma, acompáñalo… no tengas miedo ya que no se volverá dependiente. En los momentos en que veas que no ha tenido miedo lo mejor es reforzarlo por su valentía. A los niños les gusta crecer y que sus padres valoren sus pequeños logros. De esta manera, llenando su miedo con tu amor y elogiando sus pequeños logros, el niño encontrará herramientas para gestionar su miedo.
- Háblale de lo que puede estar sintiendo o pasando: “¿Te asusta estar sin mamá? Entiendo que te asuste una situación nueva…” Dile que es normal tener miedo y explícale que tú a su edad también los tenías y lo que hacías para superarlos: cantar, cerrar los ojos y pensar en cosas bonitas…
- Utilizar sus miedos para controlar su conducta o como motivo para castigarlo, por ejemplo: “Si no te duermes te apago la luz o te cierro la puerta”, ya que es un método insuficiente que no ayuda al niño a saber cómo puede vencer su miedo.
- Negar su sentimiento tipo: “Qué tontería”, “Cómo puedes tener miedo a eso…” , son expresiones que pretender anular lo que el niño siente aumentando su inseguridad y incluso llegando a bloquearlo.
- Si sus temores o miedos empiezan a invadirle su estilo de vida.
- Si sus miedos duran largos períodos de tiempo y son muy intensos.
- Si afectan a su capacidad para relacionarse con los demás.
¿Sabes que es bueno y necesario que tus hijos se aburran?
Últimamente mis hijos no paran de decirme: “Mamá, me aburro”, y la verdad es que los niños necesitan saber que existe el tiempo no estructurado.
¿Por qué este tiempo no estructurado es bueno para ellos? Porque les brinda la oportunidad de explorar tanto su mundo interior como el exterior, lo cual les favorece la creatividad. Es la manera en la que aprenden a comprometerse con ellos mismos y con su entorno, imaginan, inventan, crean…
Si continuamente están “ocupados” con: ordenadores, tablets, televisión… nunca aprenderán a responder a las señales de su propio corazón, que podría llevarles a escribir un cuento, una canción…
Estas llamadas de nuestro corazón son las que nos dirigen las pasiones que darán sentido a nuestras vidas y está a nuestra disposición desde el comienzo de nuestra infancia cuando podemos explorar y perseguir aquello donde nuestro interés nos lleve.
También es básico que puedan decidir por ellos mismos como quieren utilizar los periodos de tiempo no estructurados o no aprenderán a utilizarlos, y ya sabemos que uno de nuestros mayores desafíos como adultos es aprender a manejar bien nuestro tiempo.
¿Por qué el “Me aburro” se convierte en un freno para tantos niños?
A la mayoría de ellos si se les da tiempo no estructurado y tras alguna pequeña queja, aprovechan la oportunidad y encuentran algo interesante que hacer con él.
Te recomiendo que observes cómo juega cualquier grupo de niños (si puede ser al aire libre y sin pantallas), verás que se organizan entre ellos para una actividad de cualquier tipo: viendo quien salta más lejos por ejemplo.
Cuando los niños no son capaces de encontrar algo que hacer, usualmente es porque:
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- Están acostumbrados a los entretenimientos de pantalla y no tienen práctica en mirar dentro de ellos mismos en busca de directrices.
- Su tiempo es siempre tan estructurado que no están acostumbrados a encontrar cosas divertidas que hacer con su "tiempo libre".
- Necesitan atención de los padres. Todos los niños necesitan encontrarse con sus padres a lo largo del día para "recargarse".
- Poner algo de música y bailar
- Hacer un dibujo
- Empezar un diario
- Organizar la habitación
- Escribir un cuento
- Recortar fotos de revistas y hacer un collage
¿Estás sufriendo el síndrome del trabajador quemado?
Actualmente, las empresas cada vez exigen más productividad a sus empleados, pero si sus trabajadores están “quemados laboralmente” no podrán conseguir ese objetivo.
Voy a hacerte unas preguntas básicas para que las contestes sinceramente:
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- ¿Trabajas hasta tarde en la oficina?
- ¿Continuamente sufres cansancio físico y mental?
- ¿Te falta motivación y estás irritable?
- ¿No disfrutas de tu tiempo de ocio?
- Agotamiento psíquico en el trabajo,
- Irritabilidad continua,
- Sensación de que no se realizan las tareas correctamente.
- Aprende a valorar tus capacidades
- Crea tu propia escala de necesidades laborales
- Desarrolla tu creatividad
- Tómate alguna pausa
- Busca apoyos entre tus amigos y familiares
- Fomenta las emociones positivas
¿Conoces el Trastorno Afectivo Estacional?
Hace unos días inauguramos el otoño.
Dijimos adiós al verano, al buen tiempo, a los días de playa, de nuevo ha empezado otro curso escolar, las rutinas, las preocupaciones se acentúan quizás … todo esto puede influir, pero el cambio de estación también nos afecta a nivel biológico sin apenas darnos cuenta, ¿sabes cómo?
A muchas personas les gusta esta estación y a otras les produce nostalgia, les hace sentirse tristes y desanimadas.
Realmente, no se sabe con exactitud por qué afecta más a unos que a otros, aunque hay diferentes factores genéticos y inmunitarios que pueden favorecerlos, pero la falta de exposición a la luz solar es uno de ellos.
En otoño con el cambio de hora, de temperatura, de colores, los días se hacen más cortos y más fríos…; nuestro organismo tiene que hacer un esfuerzo para adaptarse a la disminución de la luz solar.
Esta luz es necesaria para producir y regular hormonas que están implicadas en la actividad, como es la serotonina (conocida como la hormona de la felicidad ya que promueve la sensación de bienestar y a la vez regula el apetito y interviene en el control del ciclo del sueño…) y la dopamina.
A veces, el organismo no consigue el equilibrio, baja el nivel de estas hormonas y se produce un estado de ánimo depresivo que se denomina: TAE (Trastorno Afectivo Estacional), que también se conoce como depresión otoñal o invernal.
¿Cómo saber si sufres TAE?
¿Sientes apatía, cansancio físico, desmotivación, sentimientos de tristeza, ansiedad?
A medida que el organismo se va adaptando a las condiciones ambientales, el malestar tiende a ir desapareciendo poco a poco, pero en ocasiones puede complicarse por causas psicológicas y/o sociales, pudiendo aparecer otros síntomas como:
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- Dolor de cabeza.
- Irritabilidad
- Problemas de concentración.
- Cierto aislamiento social.
- Alteraciones del sueño.
- Aumentar la exposición a la luz solar siempre que puedas: sal a pasear un rato si hace un buen día.
- Mantenerse activo. Busca un momento al día para caminar, subir las escaleras a pie en lugar de utilizar el ascensor…
- Descansar y hacer cosas que te gusten y aumenten tu bienestar; te recomiendo la práctica de Mindfulness, relajarte escuchando buena música…
- Cuidar la alimentación. Algunos aliados para ésta época son: los plátanos, las nueces, el chocolate, el pescado azul, las espinacas, las naranjas… estos alimentos, entre otros, nos proporcionan triptófano que es un aminoácido esencial muy relacionado en la producción de la serotonina que he estado comentando antes.
Mis aprendizajes-reflexiones de vida a los 40 años
Esta semana cumplo 40 años, para muchos se trata de la “temida crisis de los 40”; para mí se trata de una época de reflexión sobre mi camino realizado hasta ahora.
Tengo dos hijos maravillosos, y he conseguido cosas de las que me siento muy orgullosa; me gusta lo que hago y lo que he hecho hasta ahora, pero con la experiencia adquirida a día de hoy, quizás hubiera cambiado ciertos aspectos o hubiera actuado de manera distinta antes ciertas situaciones …
Me gustaría compartir con todos vosotros algunos de mis aprendizajes-reflexiones que considero básicos y a la vez sencillos de seguir por si os pueden ser de utilidad.
Quiérete y acéptate tal como eres
Después de que aprendas a quererte, podrás querer y aceptar a otras personas. Requisito importantísimo para relacionarte con los demás.
Nutre tu alma
Si no sabes qué te gusta realmente, prueba cosas nuevas como por ejemplo: ve a conciertos que nunca habías ido… hasta que encuentres aquello que te llene como persona.
Pide ayuda cuando la necesites
Siempre he intentado sortear las dificultades yo sola o pidiendo la ayuda justa y necesaria a mis amigos y familia. Luego, entiendes que el hecho de tener amigos y personas que te quieren puede ayudarte en situaciones difíciles.
Vive para ti
Una buena parte de mi tiempo la he dedicado a cuidar a los demás sin tener tiempo para mí, pero te das cuenta que nunca podrás hacer felices a todos los que te rodean y entonces empiezas a hacer cosas que te hacen feliz a ti.
Preocúpate menos-ocúpate más
He vivido luchando y preocupándome siempre por todo y llega un momento en que te das cuenta que la preocupación no va a cambiar la situación de ninguna manera y es cuando empiezas un poco a fluir con la vida.
No pases mucho tiempo con personas negativas
A veces es difícil dejar de relacionarse con personas negativas y más si éstos son conocidos ó miembros de nuestra familia, pero siempre puedes elegir el tipo de amigos que quieres y con quienes deseas pasar más tiempo para disfrutar.
Aprende a decir: “NO”
Siempre me había costado decir que NO y intentaba que todo el mundo estuviera contento, pero eso es imposible. Cada vez que daba un NO por respuesta, estaba justificándome o dando explicaciones innecesarias.
A la que vas madurando cada vez tiene más claro que decir NO es muy importante y sano y que debes olvidarte de las justificaciones que no son necesarias.
Deja de preocuparte por lo que piensen los demás
¡Si hubiera entendido ésto antes!
Siempre me ha preocupado mucho la opinión que los demás tuvieran de mí y hasta en ocasiones he podido hacer cosas tal como la gente esperaba que hiciera, simplemente por complacer. Cuando entiendes que cada quien tiene su visión y que ésta no puede ser la misma para todos, empiezas a centrarte en ser tú mismo sin buscar gustar a los demás.
La vida es cambio
¡Cómo me ha gustado la estabilidad en mi vida! Me ha gustado sentirme segura, con rutinas... hasta que un buen día tuve que afrontar fuertes cambios para los que no estaba preparada.
Es entonces cuando aprendí que la vida no es estática, sino dinámica, que la vida es cambio contínuo.
Cuando entiendes esta máxima, considero que estás más preparado para todos los altos y bajos que te puedas ir encontrando en el trayecto de tu vida.
Hay una frase que me gusta mucho y lo define muy claramente: “Un mar en calma nunca hizo experto a un marinero”.
Valora las pequeñas cosas: Observa un amanecer, una puesta de sol, imprégnate de la energía de la luna llena, de las montañas, disfruta de la naturaleza… los pequeños momentos son los que hacen grande la VIDA!
Espero que os hagan pensar estos aprendizajes-reflexiones y os invito a que elaboréis los vuestros según vuestra experiencia y puntos de vista.
Sólo me queda deciros que espero los hayáis disfrutado y estoy abierta a vuestras sugerencias.
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El arte de soltar
Debemos asumir, aunque cueste de entender y aceptar muchas veces, que no podemos controlar todo lo que nos pasa.
Somos como pequeñas piezas dentro de un gran puzzle que debemos ir encajando y no siempre es de nuestro agrado lo que nos toca vivir. Pero llega un momento donde es necesario soltar y dejar atrás todo aquello que nos hace daño, de disfrutar más de las personas que nos quieren y de nosotros mismos.
¿Te ocurre que no puedes desapegarte de una persona? ¿O de un hábito? ¿De una idea?
¿No te gusta tu trabajo? … Si te identificas con alguna de estas situaciones o alguna por el estilo, permíteme decirte que has establecido una relación de posesión o de sumisión; y el apego es una actitud que nos encadena al pasado, carga nuestro equipaje con lo innecesario impidiéndonos a la vez escoger el necesario y nos mantiene infelices al mismo tiempo.
Considero que una de las maneras más sencillas de mantenernos felices es dejando ir aquellas cosas que nos hacen sentir tristes, aunque debo admitir que el desapego no es nada fácil, yo lo considero un arte y para dejar ir hay que ser valientes.
Soltar es un proceso
Es bueno y necesario que aprendamos a soltar, a no apegarnos a nada ya sea: una relación, un trabajo… si os fijáis, se trata de un ejercicio que hacemos a diario cuando nos acostamos: desprendernos de nuestras preocupaciones para conciliar el sueño.
Sabemos por experiencia que cuando nos aferramos a nuestros asuntos nos cuesta o no conseguimos dormir y sólo cuando renunciamos al control y soltamos es cuando lo logramos.
Cuando estamos sufriendo aún lo vemos más complicado, ya que los sentimientos son demasiado intensos como para poder soltar.
Al afrontar emociones difíciles entramos en un proceso donde primero necesitamos ser conscientes, luego debemos permitirnos sentir la emoción dándole un espacio para que ésta se exprese y finalmente necesitamos un estado de calma en el cual finalmente podamos soltar.
¿Cuándo soltar?
Si no te trae alegria a tu vida ... SUELTA
Si no te illumina ni te construye ... SUELTA
Si permanece pero no crece ... SUELTA
Si no brinda reconocimiento a tus talentos ... SUELTA
Si dice pero no hace ... SUELTA
Si no hay lugar en su vida para ti ... SUELTA
Si intenta cambiarte ... SUELTA
Si se impone el “YO” ... SUELTA
Si son más los desencuentros que los encuentros ... SUELTA
Si simplemente no suma a tu vida ... SUELTA
Y para finalizar, me gustaría animarte a que sueltes aquello que te pesa, ya que la vida será mucho menos dolorosa que el deseo de mantenerte aferrado/a a lo que NO es.
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¿Estan nuestros hijos preparados para ir al cole?
Con la llegada del mes de septiembre damos por finalizadas las vacaciones de verano, las cuales han supuesto para nuestros hijos unos meses sin ir al colegio, se termina un periodo intenso lleno de momentos agradables y de desconexión…; por lo tanto, no debe extrañarnos que para muchos la idea de tener que volver al colegio no tenga ningún aliciente ya que saben que se encuentran de nuevo con la rutina escolar, y además algunos también se enfrentan a nuevos centros, nuevos compañeros, nuevos profesores …
Al igual que nos pasa a los adultos, los niños pueden sufrir un bajón en su estado de ánimo tras las vacaciones, por eso es necesario que los motivemos para la vuelta al cole; muchos niños lo pasan mal, están más nerviosos, tristes...
Son procesos totalmente naturales de adaptación ante situaciones que no acaban de dominar.
No nos olvidemos que son niños con defensas emocionales diferentes a las nuestras, por este motivo; los padres (quienes somos el principal sustento emocional), debemos estar atentos para poder ayudarlos y comprenderlos de la mejor manera posible para que la vuelta a las clases sea lo más natural y relajada posible.
La actitud que nosotros mostremos más algunas pautas para animar a los pequeños y reorganizar sus rutinas serán de mucha ayuda.
¿Queréis saber cómo podemos ayudarles?
Aquí os facilito cuatro pautas que considero básicas para que la vuelta al cole sea lo menos traumática posible para nuestros hijos:
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- Regulando horarios. Algunos días antes de empezar el colegio es conveniente que graduemos progresivamente los hábitos: hora de irse a la cama, levantarse, comidas… de manera que poco a poco se retome la rutina habitual y el cambio no sea tan radical. Además no deberíamos eliminar todas las actividades de ocio de golpe cuando empiecen las clases.
- Haciendo que se ilusionen. Es bueno que les hablemos mucho de sus amigos y de lo bien que se lo pasan en el colegio con ellos; recordarles aquellas actividades que les gustan y que no pueden hacer en casa como por ejemplo: compartir momentos divertidos de juego y/o risas con sus amigos cuando salen al patio.
- Preparando el material. Implicar a nuestros hijos en la compra del material escolar puede ser un buen momento para ir hablando de la vuelta a las clases: preparar mochilas…
- Dándole importancia al primer día. Nuestros hijos se sentirán mucho más seguros si los acompañamos nosotros el primer día de clase, deben saber que estaremos allí para ayudarles con sus miedos, dudas, inquietudes… es fundamental que el primer día se haga sin prisas y con calma para no añadir todavía más estrés.
Los 12 pasos para simplificar tu vida
En el artículo de esta semana me he propuesto hacerle un pequeño homenaje al GRAN WAYNE DYER y comparto con vosotros:
Los 12 pasos para simplificar tu vida que nos dejó el “padre de la motivación”.
1. Ordena tu vida.
Sentirás una gran oleada de inspiración cuando te deshagas de cosas que ya no son útiles en tu vida, regala las cosas que llevas uno o dos años sin utilizar.
2. Elimina de tu agenda las actividades y obligaciones innecesarias e indeseables.
Si no estás preparado para el Espíritu, lo más probable es que no sientas el resplandor de la inspiración. Dios estará a tu lado, te enviará la orientación, y las personas, que necesitas; pero si estás completamente ocupado, te perderás de estos regalos que pueden transformar tu vida. Así que dile no a las exigencias excesivas, y no te sientas culpable de inyectar una dosis de tiempo libre a tu rutina diaria.
3. Asegúrate de que tu tiempo libre sea libre.
Ten cuidado con esas invitaciones que pueden mantenerte en la cúspide de la pirámide social, pero que te impiden el acceso a una inspiración gozosa. Si las reuniones sociales, los eventos para recaudar fondos, e incluso charlar y beber con los amigos no es la forma en que realmente quieres pasar tu tiempo libre, no lo hagas. Rechaza las invitaciones que no activen sensaciones de inspiración.
4. Saca tiempo para la meditación y el yoga
Saca por lo menos 20 minutos diarios, siéntate en silencio y establece un contacto consciente con Dios.
Las recompensas son maravillosas: te sentirás menos estresado y más saludable e inspirado por todo lo que podrás hacer con y por tu cuerpo en muy poco tiempo.
5. Regresa a la sencillez de la naturaleza
No hay nada que sea más inspirador que la naturaleza. La fantasía de regresar a una vida menos tumultuosa casi siempre implica vivir en el esplendor de las montañas, los bosques o de un valle, en una isla, cerca al mar, o al lado de un lago.
6. Marca distancia entre tú y tus críticos
Decide alinearte con personas que también quieran encontrar una inspiración simplificada. Simplificarás tu vida enormemente si no tienes que justificarte ante nadie, y si recibes apoyo en vez de críticas.
7. Saca un tiempo para tu salud
Recuerda que tu cuerpo es el templo sagrado donde vives durante esta vida, así que saca un poco de tiempo cada día y haz ejercicio. Si sólo puedes darle una vuelta a la manzana, simplemente hazlo.
8. ¡Juega, juega, juega!
Simplificarás tu vida y te sentirás inspirado si aprendes a jugar en vez de trabajar toda tu vida.
9. Disminuye el ritmo
Una de las observaciones más iluminadoras de Gandhi nos recuerda que “La vida es algo más que aumentar el ritmo”.
Este es un gran consejo para simplificar tu vida; de hecho, disminuye el ritmo de todas tus actividades durante un momento, aquí y ahora. Lee estas palabras lentamente. Desacelera tu respiración para que seas consciente de cada inhalación y exhalación… Desacelera tu forma de hablar, tus pensamientos y el ritmo frenético de todo lo que haces. Dedica más tiempo a escuchar a los demás; sé consciente de tu inclinación a interrumpir y a dar por terminadas las conversaciones, y opta más bien por escuchar. Si disminuyes el ritmo, simplificarás tu vida y te reunirás con el ritmo perfecto con el que funciona la creación.
10. Haz todo lo posible para evitar las deudas
Recuerda que estás intentando simplificar tu vida, así que no necesitas comprar objetos que la complicarán y la trastornarán. Si no puedes adquirirlos, olvídate de ellos hasta que puedas hacerlo; al contraer deudas, sólo agregas más capas de ansiedad a tu vida.
11. Olvídate del valor efectivo
Procuro no pensar frecuentemente en el dinero, pues he observado que las personas que lo hacen no piensan en casi nada más. Entonces, haz lo que tu corazón te diga que es lo que te hace feliz, en vez de pensar si será rentable o no. No te niegues a los placeres de la vida por razones monetarias; no determines tus compras por el hecho de obtener un descuento, y no te prives de sentir alegría porque no te hicieron una rebaja.
12. Acuérdate de tu Espíritu
Si la vida te parece muy compleja, rápida, desordenada, frenética, o difícil, acuérdate de tu propio Espíritu. Estás encaminado a la inspiración, un lugar sencillo y pacífico en donde estás en armonía con la sincronización perfecta de toda la creación. Viaja mentalmente allí y detente con frecuencia para recordar lo que realmente quieres.
Espero que los hayáis disfrutado y os hagan reflexionar para poner alguno de ellos a la práctica si lo consideráis necesario.
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El mito del síndrome post-vacacional
¿Existe realmente, como la gran mayoría de la población así lo cree, el síndrome post-vacacional y/o depresión post-vacacional?
Cuando hablamos de este concepto simplemente nos estamos refiriendo a un conjunto de síntomas que se manifiestan cuando nos incorporamos de nuevo a nuestras obligaciones, ya sean éstas: laborales, familiares o de estudio; después de un período de descanso; pero no es considerado como ninguna enfermedad ni se manifiesta en todas las personas; más bien se trata de un proceso adaptativo que para algunas personas les puede resultar complicado lidiar con él ya que la readaptación a la vida laboral incluye cambios de horarios, obligaciones … y durante las vacaciones uno se siente más libre, sin ataduras de horarios, ni agendas, sin prisas…
Para que este proceso de adaptación os resulte más llevadero, os facilito unas pautas muy sencillas que podéis aplicar para volver a la normalidad sin dramatizar.
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- Programa el regreso a casa relajadamente y no vuelvas justo el día anterior a la vuelta al trabajo; te recomiendo que vuelvas un par o tres de días antes para que puedas prepararte mentalmente para el retorno tan “temido”.
- Empieza a trabajar de manera gradual, si puedes de más a menos intensidad, y siempre intenta empezar por las tareas más fáciles; prioriza lo urgente y aquellas tareas que pueden esperar.
- Establece una buena rutina de sueño, ya sabes que se recomiendan 8 horas de descanso para que éste sea reparador.
- Mantén unos horarios regulares durante el día y también durante las horas de levantarte y acostarte.
- Haz ejercicio físico. Además de ayudarte a liberar endorfinas, ayuda a que la mente se libere del estrés.
- Dí NO a los pensamientos recurrentes. Dar vueltas a los temas una y otra vez incrementa tu ansiedad y no te lleva a ninguna parte; cuando te sientas así dedícate a algo que te guste por ejemplo: escucha tu canción favorita.
- Organiza tu tiempo y diviértete. Disfruta de tu hobby, tener aficiones también ayuda a combatir la ansiedad y el estrés.
- Aprende a decir NO y pon límites. Te ayuda a asumir el control y las riendas las llevas TU y no los demás ni las circunstancias.
- Fíjate en lo positivo. Presta atención plena al día a día y observa las cosas buenas que te pasan: unas risas haciendo un café, una llamada telefónica de alguien que se preocupa por ti... agradecer los pequeños detalles nos conecta con nuestra parte más humana y nos ayuda a ser más conscientes de todo lo bueno que nos rodea.
- Ten paciencia. Si padeces el síndrome postvacacional que sepas que se trata de algo pasajero, todo es cuestión de tiempo y actitud, no le des más importancia de la que tiene y si ves que se alarga más de 15 días consulta con tu médico, ya que en algunos casos puede darse que la vuelta a las obligaciones genere cuadros de ansiedad y estrés, entonces sí que recomiendo que se descarte con un profesional de la Psicología si existe un síndrome de ansiedad generalizada o estrés crónico que requiera un tratamiento más específico.
Apúntate a la vida lenta
En la sociedad actual que nos ha tocado vivir estamos rodeados cada vez más por un círculo vicioso formado por: el estrés, la ansiedad y la depresión.
Vivir deprisa, segundo a segundo, provoca una tensión que nos genera una sensación de inquietud, de amenaza…
Finalmente, el desgaste físico, emocional y mental acaban dando lugar a una tristeza que nos paraliza, nos quita las fuerzas e incluso la ilusión por la vida.
Voy a hacerte una proposición para que vivas más conscientemente tu día a día, en definitiva tu vida con más calma y con una atención más plena.
¿Cómo, te preguntarás? Uniéndote a la “vida lenta”.
Se trata de un movimiento que surgió en Estados Unidos y cada vez más se está introduciendo en Europa desde hace unos cuantos años.
El movimiento lento (slow movement) es una corriente cultural que promueve calmar las actividades humanas.
Este movimiento propone tomar el control del tiempo encontrando un equilibrio entre la utilización de la tecnología orientada al ahorro del tiempo y el poder disfrutar de actividades de ocio como dar un paseo o compartir una comida tranquilamente con unos amigos.
Sus seguidores han descubierto que se puede trabajar menos (en el sentido de “producir”), gastar menos, ser más felices y sentirnos más vitales.
Los que están disfrutando de este movimiento aseguran que el dinero y las cosas materiales no llenan las necesidades afectivas, que nos sentamos delante del televisor por inercia, que una de nuestras diversiones es ir de compras y nuestra prioridad el trabajo. También señalan que la calidad de vida no consiste en ganar más dinero sino en ser dueños de nuestro tiempo y de nuestra vida.
¿Te resuenan alguna de estas palabras? Seguramente que sí, pero entonces piensas que es complicado apuntarte a este movimiento y sigues con tu vida de siempre: estrés, prisas… justificando que es la vida que te ha tocado vivir, que a todo el mundo le pasa lo mismo, que la sociedad que vivimos es la que nos obliga a llevar este ritmo, que no hay otra alternativa … pero me gustaría que ya que has llegado hasta aquí con tu lectura, sigas leyendo los tres tips que te propongo a continuación y que reconozcas sinceramente que no son tan complicados de aplicar, ¿lo intentas?
3 tips para vivir con más consciencia
Apaga la televisión: piensa en las cosas que puedes hacer: escribir, meditar, hablar con tu pareja… en lugar de mirar programas y publicidad que aplanan la mente.
Busca la sencillez: recupera el placer de una buena lectura, de un buen paseo, contempla una puesta de sol… saborea las cosas simples.
Búscate un hobby que te interese el cual te ayudará a relajarte y te enriquecerá al mismo tiempo.
No hagas nada: reserva un rato diario para estar sentado o tumbado en un lugar tranquilo ya sea en casa, en el trabajo… rodeado de todas las cosas que deberías estar haciendo pero sin hacerlas. Te costará varios intentos superar el sentimiento de culpa o la necesidad incontrolable de hacer algo, pero una vez domines la situación te asombrarás de los resultados; una mejor perspectiva de las cosas entre otros.
Una vez has llegado hasta aquí, ¿te animas al menos a probar por unos días a unirte a la “vida lenta”?
Prueba, observa qué cambia en ti y en tu alrededor; y si tienes dudas, preguntas, o deseas hacer un feedback puedes hacerlo rellenando el formulario que encuentras a continuación y me pondré en contacto contigo lo antes posible.
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¿Debes cerrar algún capítulo en tu vida?
¿Te has quedado sin trabajo? ¿Has terminado una relación sentimental? ¿Te has mudado de piso y/o ciudad?... Si te encuentras en alguna de estas situaciones o en otras parecidas, puedes pasarte mucho tiempo de tu presente buscando los porqués, tratando de entender por qué sucedió un hecho de una manera y por qué no de otra… el desgaste será infinito, porque en la vida: tú, tus amigos, tus hijos, tu familia… TODOS estamos encaminados a ir cerrando capítulos, cerrando ciclos, finalizar una etapa para empezar otra.
No podemos estar viviendo el presente añorando el pasado. Lo que sucedió, sucedió, es parte del pasado y hay que soltarlo, hay que desprenderse, no podemos tener vínculo con quienes no quieren estar vinculados a nosotros por ejemplo. Hay que dejar ir, hay que vivir el aquí y el ahora.
Tú ya no eres la misma persona que hace dos días, ni hace dos meses, ni hace dos años…, por lo tanto, no hay nada que pueda volver.
¿Qué debes hacer entonces? Cerrar el círculo.
Ni tú serás la misma persona ni el entorno al que regresas será igual porque la vida es movimiento continuo, cambio, nada es estático. Recuerda también que nada ni nadie es imprescindible: ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo…
¿Quieres desprenderte de algo y/o alguien y no sabes cómo?
No postergues y suelta: siempre es necesario ser consciente de cuando se acaba una etapa de la vida. Si insistimos en permanecer en ella más de lo necesario perdemos la alegría y el sentido del resto que nos rodea. Es absolutamente necesario cerrar, limpiar, tirar, y soltar. Quizás ha llegado el momento de ventilar ideas, de barrer rencores, de ordenar decisiones y de tirar la basura para mantener limpio tu hogar interior.
No me gustaría terminar este post sin compartirte una fabulosa frase del fantástico PAULO COELHO que te hará recapacitar:
“Escoger un camino significa abandonar otros. Si pretendes recorrer todos los caminos posibles, acabarás no recorriendo ninguno”
Empieza a practicar el arte de no postergar y soltar; si ves que no puedes y necesitas ayuda, te invito a que me envíes un mail a: aidacanals@copc.cat, o si lo prefieres rellena el formulario con tus datos y me pongo en contacto contigo.
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Tips para relajarte y disfrutar de la vida
Cada vez sois más los que me preguntáis si existen fórmulas para relajarse y poder disfrutar de la vida ya que veis como la vida va pasando y no sois capaces de disfrutarla.
Quizás disfrutar de un estado relajado de ánimo y de vida sea uno de los mayores tesoros de nuestra época, y nada tiene que ver con la suerte ni incluso con el dinero.
Es una decisión que nos corresponde a cada uno de nosotros: ¿quieres seguir sintiéndote víctima de las circunstancias, sometido a un estrés que no puedes controlar? ¿O te atreves a cambiar determinadas pautas de estilo de vida para intentar llevar una vida más sencilla?
Voy a facilitarte 10 tips que considero que debes aplicar hoy mismo (aprovechando que muchos ya estáis disfrutando de vuestras vacaciones de verano) si estás decidido a cambiar ese estado de cosas que te hacen estar siempre estresado siendo consciente que las tensiones, los conflictos, las inquietudes de la época que nos ha tocado vivir son inevitables en gran parte y van generando estrés en nuestro organismo.
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- Encuentra el sentido a tu vida: debes encontrar el sentido a todo aquello que hagas por pequeño que sea. De esta manera, conseguirás que las etapas difíciles pasen mucho más deprisa.
- Evita las tensiones: mejora tu capacidad de tener paciencia, de adaptarte a las circunstancias. Sé que no es fácil pero debes practicarlo día a día.
- Descansa lo necesario: los adultos necesitamos dormir entre seis y ocho horas, si no conseguimos tener un buen hábito de sueño sufrimos de: irritabilidad, problemas de concentración…
- Conecta con la naturaleza: aprovecha el verano para dar un paseo descalzo sobre la arena de la playa, túmbate en el césped o debajo un árbol… todas estas experiencias nos hacen liberar endorfinas, nos renuevan la vitalidad, apaciguan el alma…
- Haz ejercicio físico: sin armonía entre la mente y el cuerpo no se puede conseguir un bienestar completo. Aunque sean 10 minutos diarios, algo de ejercicio es conveniente: sal a pasear, no hace falta que vayas al gimnasio y más si no dispones de tiempo.
- Dedica tiempo a lo importante: debes saber organizarte y priorizar aquello que es urgente de aquello que puedes posponer.
- Desconecta en casa: un espacio acogedor estimula la relajación. Cambia hábitos como por ejemplo: sacarte los zapatos nada más entrar en casa, poner un horario al móvil, no ver tanta televisión y dedicar ese tiempo a leer libros que te gusten y te llenen.
- Simplifica tu vida: prioriza aquello que realmente es importante y deshazte de relaciones, compromisos, cosas que únicamente te generan tensión y estrés.
- Cultiva la paciencia: Debemos aprender a cultivarla, olvidarnos de las prisas y hacer las cosas con conciencia, disfrutándolas al máximo.
- Sé como quieres ser: tenemos que intentar ser como en realidad queremos ser. Respétate y recuerda que como ser humano eres único y no hay nadie como tú.