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¿Se puede superar la ansiedad sin pastillas?
La ansiedad es un estado emocional normal que nos permite enfrentarnos a las exigencias de la vida cotidiana.
Sin embargo, cuando aparece con frecuencia de forma exagerada y sin motivos reales, podríamos decir que estamos frente a un trastorno de ansiedad.
Las consultas de psicología se van incrementando con una población cada vez más joven habituada a los ansiolíticos y antidepresivos (diazepam, lorazepam, prozac...), que no saben cómo combatir la ansiedad de otra manera, pero tienen claro que no quieren depender “de por vida” de la “pastilla milagrosa”; y buscan otros métodos más saludables.
Yo no soy partidaria de que debamos olvidar el tratamiento farmacológico para aliviar los síntomas de los distintos trastornos emocionales. Por ejemplo, pocas son las personas capaces de superar un ataque de pánico sin pastillas, pero en el caso de la ansiedad (dependiendo del estilo de vida de la persona que la sufre, del tipo de trastorno de ansiedad que padezca y de la gravedad de los síntomas), podemos prescindir de la medicación.
Lo que hacen las pastillas es aliviar los síntomas, NO CURAN la ansiedad.
¿Cómo enfrentar la ansiedad sin tomar medicación?
Con un buen trabajo terapéutico junto a ciertos cambios en tu estilo de vida, pueden ayudarte a ir reduciendo poco a poco la medicación para dejarla cuando estés totalmente preparado.
Puedes ir incorporando en tu día a día estas pequeñas recomendaciones:
- Haz ejercicio físico a diario, ya que le permite a tu cuerpo liberar el exceso de energía acumulada a la vez que genera la liberación de endorfinas (conocida como la hormona de la felicidad), que es la que se encarga de disminuir el dolor y aumentar la alegría.
- Practica técnicas de relajación. Empieza trabajando con la respiración, siendo consciente de ésta durante unos minutos.
Es muy importante que trates de mantener la calma cuando percibas que la ansiedad aumenta, y debes aprender a reconocer cuáles son las situaciones que te generan este aumento de ansiedad, para poder controlarlas.
Si quieres, puedes incorporar música relajante para que te ayude a concentrarte.
Hay ciertas técnicas como el Yoga, Tai Chi ... que también pueden ayudarte a disminuir la ansiedad.
- Haz una tarea a la vez. Concéntrate en una tarea y hazla tranquilamente.
Una de las características principales de la ansiedad, es la necesidad de hacer varias cosas a la vez, lo que conduce a que el cuerpo esté en constante nivel de tensión. Intenta evitar hacer múltiples tareas al mismo tiempo.
- Cuida tu cuerpo y tu mente. No te sobrecargues de tareas que no puedes hacer, y olvídate del sentimiento de culpa que te genera el no poder hacer todo lo que quieres, ya que es básico reconocer tus limitaciones tanto de tiempo como de energía.
Si crees que este post puede ayudar a alguien que conozcas, te invito a que lo compartas.
Si consideras que puedo ayudarte, sólo tienes que rellenar el formulario que encuentras a continuación y contacto contigo lo antes posible. Gracias.
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Homenaje a las madres
Esta semana me apetece hablar de las madres.
Dirigir unas palabras a todas aquellas madres que han luchado, aquellas que luchamos día tras día con nuestros hijos, y seguiremos luchando para que sean felices.
Aprovechando que el domingo es el día de la madre y creando consciencia del papel que representa esta figura tan importante en la sociedad, os comparto unas palabras muy reales y bonitas que leí hace tiempo.
¿Quién es tu mamá?
- Mamá es esa señora que lleva en el bolso: pañuelos, toallitas, un chupete y un pañal de emergencia.
- Mamá es ese cohete tan rápido que va por casa disparado y que está en todas partes al mismo tiempo.
- Mamá es esa malabarista que pone la lavadora con el abrigo puesto mientras le abre la puerta al gato con la otra, sosteniendo el correo con la barbilla y apartándome del cubo de basura con el pie.
- Mamá es esa maga que puede hacer desaparecer lágrimas con un beso.
- Mamá es esa Taekondista forzuda capaz de coger a su pequeño de 15 kilos con un solo brazo mientras con el otro entra al carro lleno de compra.
- Mamá es esa campeona de atletismo capaz de llegar en décimas de segundo de 0 a 100 para evitar que me descuerne por las escaleras.
- Mamá es esa heroína que vence siempre a las pesadillas con una caricia.
- Mamá es esa señora con el pelo de dos colores, que dice que en cuanto tenga otro huequito, sólo otro, va a la “pelu”.
- Mamá es ese cuenta cuentos que lee e inventa las historias más divertidas.
- Mamá es esa cheff que es capaz de hacer una cena riquísima con dos tonterías que quedaban en la nevera porque se le olvidó comprar, aunque se quede ella sin cenar.
- Mamá es ese médico que sabe con sólo una mirada a su pequeño si tiene fiebre, cuánta, y lo que tiene que hacer.
- Mamá es esa cantante que todas las noches canta la canción más dulce mientras acuna un ratito .
- Mamá es esa payasa que hace que uno se tronche de risa con solo mover la cara.
- Mamá es esa sonámbula que puede levantarse dormida a las 4 de la mañana, cambiar el pañal si está húmedo, dar jarabe para la tos, agua …
- Mamá es aquella mujer que jamás se dio cuenta que envejecía por ver a sus hijos realizarse, llorando de noche porque ya tienen alas y dentro de poco dejarán el nido para buscar otro, y de día sonríe por ver que los hijos no tengan remordimientos en dejarla porque ella se siente feliz.
Como persona, como profesional y como madre, os recomiendo que apoyéis a vuestros hijos, que les ayudéis a alcanzar sus sueños dándoles la oportunidad para que lo hagan.
Ser pacientes ya que no es nada fácil ser madre pero debemos mantener la calma.
Hacer que vuestros hijos se sientan especiales, demostrarles vuestro amor compartiendo palabras cariñosas, besarlos, abrazarlos…
Me gustaría finalizar este post compartiendo unas palabras que me dijo hace tiempo mi hija de 11 años:
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“Cuando me equivoco me corriges. Cuando dudo me aconsejas y siempre que sufro estás a mi lado. ¡Gracias Mamá!”
Adelgazar con la mente
¿Sientes que las dietas, tu imagen y tu cuerpo ocupan una parte de tus pensamientos diarios?
¿Crees que te falta voluntad para controlar tu peso?
¿Por qué no te preguntas qué esconden esos kilos de más?
Desenmascarando el problema, tu mente te ayudará a adelgazar.
En muchas ocasiones pasamos tiempo buscando todo tipo de dietas, complementos alimenticios y demás para bajar de peso; buscamos algún “milagro” que nos ayude a adelgazar y esta búsqueda no está mal (de hecho a determinadas personas les sirve una dieta), pero en esta búsqueda se nos pasa por alto algo importante: la Psicología.
Empieza por descubrir lo que esconden tus kilos
Debes aprender a afrontar las emociones sin recurrir a planes de adelgazamiento que desvien la atención; entre dietas y comilonas hay una sensación de vulnerabilidad.
No luches contra tu cuerpo
Cuando comprendes que no puedes resolver tus problemas mediante la comida, busca ayuda. Es importante escuchar el cuerpo sin luchar contra él. Cuidarlo cuando está cansado, nutrirlo si tiene hambre y quererlo cuando necesita afecto.
Revisa tus carencias emocionales
Si comes sin hambre, es probable que te excedas, ya que estás bajo los efectos del “hambre emocional”, que es el que no controlas. Revisa tus emociones y reconocerás por qué tu cerebro te lleva a comer así. Es importante que dejes de comer cuando sientas que tienes “suficiente”.
Alíate con tu cerebro
Intenta hacer un cambio mental de ti y de tu imagen. Visualiza tu imagen ideal, de esta manera, tendrás a tu cerebro como aliado y tu cuerpo querrá hacerla realidad.
Quiérete más ante un “atracón”
Mientras estás en el proceso, caerás en atracones, no te sientas mal ya que no haces nada malo. No te culpes, ni te saltes comidas para “compensar”. Mímate.
Mientras comes, dedica atención plena
No leas el periódico ni mires la televisión. Es importante disfrutar de los sentidos mientras comes. Intenta evitar el estrés y empieza a reeducar tu mente, cuanto más fácil creas que es perder peso para ti, más fácil será.
Cambia de dentro hacia fuera
A medida que vas revisando tus emociones, tu cerebro visualiza la nueva imagen y el cuerpo la hace realidad. Haz de esta imagen un hábito, ves recordándola a lo largo del día. Verás que eres más consciente entonces de lo que comes a diario. Te recomiendo que escribas un diario donde vayas anotando los sentimientos, las sensaciones…, de esta manera el proceso es más “sanador”. Escribe y no te atragantes con lo que te gustaría eliminar de tu vida.
Nutre la mente y el cuerpo
Los alimentos no sólo proporcionan nutrientes, sino que también aportan energía; afectan de forma emocional, cognitiva y tiene bastante que ver con las reacciones.
Toma conciencia a diario de cómo reacciona tu cuerpo frente a los distintos alimentos que le ofreces, cuáles de ellos te proporciona mayor grado de bienestar… así, tendrás una ayuda para crear una relación nueva con la comida.
Algunos pacientes me preguntan si hay algún truco para bajar de peso, recomiendo tener una Actitud Mental Positiva y ser constante en los hábitos, de esta manera conseguir los objetivos que te hayas propuesto no se encuentra fuera de tu alcance.
Sabes que si puedo ayudarte, estaré encantada de hacerlo. ¿Empezamos?
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Cómo mejorar la comunicación en pareja
Cada vez es más habitual, por el ritmo de vida que llevamos, que la comunicación de pareja sea escueta, precisa y a veces incluso mala; pero lo que ya no debería ser tan habitual es que para hablar con nuestra pareja debamos hacerlo por whatsapp cuando nos encontramos los dos bajo el mismo techo.
¿Te has olvidado que el lenguaje no verbal nos dice mucho: una mirada, un gesto…?
“… Llega un punto que no me escucha, se sienta en el sofá y se pone a jugar con el móvil, siempre quiere tener la razón …”, estas son frases con las que me encuentro a menudo en terapia.
¿Cómo mejorar la comunicación con tu pareja?
A continuación te facilito unas pautas que pueden ayudarte.
1. No te centres en lo negativo
Sé consciente de lo que te gusta de la otra persona, de lo que te une; en lugar de centrarte en lo que te diferencia.
2. No te quejes, transforma las quejas en peticiones
Explica claramente qué sientes y qué quieres o esperas de la otra persona.
No puedes pretender que tu pareja adivine tus necesidades o pensamientos.
3. NO a las críticas destructivas y SÍ a las críticas constructivas
Utiliza la “técnica sándwich”, ¿sabes en qué consiste?
En expresar una frase en positivo, una con crítica y otra en positivo, diciéndolas todas seguidas y sin pausas.
Por ejemplo: “Me gusta cuando me ayudas a preparar la comida, me siento mal cada vez que te quedas navegando por internet y apareces en la mesa justo en el momento de empezar a comer. Me encantaría compartir contigo los momentos de preparación”.
4. No intentes convencer, practica la empatía, expresa y pregunta por los sentimientos
Empatizar implica ponerse en el lugar de la otra persona, sin juzgar, con la intención de entenderla y de reconocer sus emociones.
Sustituye el típico “amenazante”: “tenemos que hablar”, por algo así como: “¿tienes un momento hoy o mañana para hablar de…?”, concretando el tema que quieres hablar.
5. No alargues las conversaciones sobre temas repetitivos, cierra capítulos y expresa necesidades
Evita volver a sacar los mismos temas una y otra vez, y evita mezclar varios temas en una misma discusión.
Márcate un tiempo límite si sabes que vais a hablar de un tema que va a generar discusiones; y si tenéis posturas distintas, buscar las necesidades y intereses comunes.
6. No interpretes y pregunta abiertamente
Evita la interpretación de las frases, pensamientos y conductas de la otra persona.
Si no preguntas abiertamente, no podrás saber lo que piensa o porqué se ha actuado de una manera concreta.
Cuando preguntes, escucha abiertamente y contrasta lo que has entendido.
7. Habla sobre el presente y el futuro
Evita recordar a la otra persona qué hizo mal o que no te gustó hace tiempo. Si algo no te gusta, es mejor aclararlo en un tiempo breve. Cualquier tipo de conflicto del pasado debes aceparlo y cerrar el capítulo para empezar otro nuevo; habla más del presente y planifica proyectos conjuntos.
8. No te centres en el resultado y sí en el progreso
Ves cuidando los gestos, conversaciones, detalles, muestras de cariño… a diario.
Si quieres ver cambios en la otra persona, primero debes cambiar tú.
Espero que te sirvan estas pautas y si crees que pueden ayudarle a alguien, no dudes en compartir.
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Aprender a desconectar para volver a conectar
Esta semana quiero compartir contigo mi experiencia sobre estos cuatros días de descanso laboral correspondientes a la Semana Santa.
Aquellas cositas que he hecho y que puede que te sirvan para construir tu ritual de la felicidad y/o para que disfrutes de tu experiencia de vida.
Si me vas leyendo habitualmente, ya sabes que se trata de hábitos que puedes ir practicando a diario y notando los beneficios al poco tiempo de incorporarlos en tu día a día.
Ahí van...
Desconectar: reserva de un tiempo en el que no he estado pendiente del móvil.
Lo siento si no he contestado con la asiduidad a la que están acostumbrados mis amigos y pacientes, pero necesito tiempo de desconexión para cargar pilas y poder ofreceros tiempo de calidad.
Conectar: paseando con tranquilidad y estando en armonía con mi cuerpo y el entorno, ya sea en un parque, por un paseo marítimo… siendo consciente de las sensaciones que iba recibiendo a cada momento.
Aceptando cada momento tal y como venía, centrándome en el AQUÍ Y AHORA, ya que es lo más valioso que tenemos, el momento PRESENTE y siendo consciente en la medida de lo posible de mi respiración.
Es muy importante ser consciente de la exhalación e inhalación del aire para encontrar la calma y la reconexión con nuestro yo interno.
Fluir: observando olores, colores, siguiendo impulsos… Aceptando la realidad tal y como se presenta; ya sé que no es nada fácil, pero si lo tenemos presente cada vez nos costará menos.
Escuchar: cuando iba caminando y me surgía algún pensamiento nuevo o idea, lo he ido anotando (siempre llevo una libreta pequeña y un bolígrafo en el bolso) que me acompañan allí donde voy.
Reencontrar: disfrutando de mis momentos, de mis peques, de mis conversaciones con amigas… en definitiva, de mi vida y sin postergaciones.
Desconectando para volver a conectar con más fuerza.
Cada día que pasa soy más consciente que no quiero dejar nada pendiente (al menos por mi parte) y no me gustaría que mi vida pase sin hacer lo que realmente quiero hacer.
Sonreír: puede que no sea el mejor día de nuestra vida, ni la mejor temporada … pero si la predisposición para vivir lo que tenemos delante es buena, la experiencia será mucho más enriquecedora.
¿Y tú? ¿Necesitas tus momentos? ¿Crees que no te hacen falta o que no son necesarios? Te invito a que me des tu opinión, ya sabes que estoy abierta a cualquier sugerencia de mejora por vuestra parte y que vuestros comentarios son muy útiles y necesarios a la vez.
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Cómo comunicar el divorcio a los niños
¿Acabas de romper tu matrimonio?
¿Vives con una sensación de culpa?
Lo que perjudica a los hijos es el grado de conflictividad entre los padres y su forma de resolver las disputas.
Los hijos necesitan que los padres les comuniquen a tiempo y de forma adecuada que van a divorciarse.
Informarles de esta decisión supone un primer ejercicio de cooperación entre los padres, que puede contribuir a sentar las bases de la relación parental post-divorcio.
Cómo preparar el encuentro
No podemos improvisar para comunicar una noticia que produce un gran impacto emocional en los hijos.
Esta comunicación debe ir acompañada de los siguientes puntos que son esenciales.
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- Los cambios que van a producirse.
- Informar a los hijos.
- Presentar la ruptura como una decisión conjunta.
- Dejar muy claro que se rompe la relación como pareja, pero no el vínculo de padres-hijos.
- Los hijos necesitan poder seguir queriendo a sus padres.
- Aceptar las manifestaciones de pena en el niño y no ignorar su tristeza, expresándoles cariño.
- Siguen siendo necesarios los límites desde la firmeza y el cariño (por ejemplo: que se hagan cargo de sus responsabilidades, la misma hora de acostarse y levantarse…) Esto les proporciona estabilidad, seguridad y tranquilidad.
- Respetar su propio espacio, sin sobreproteger. No los ayudes a sentirse víctimas. Potencia sus recursos para que se adapten a la nueva situación.
- Observar si hay algún cambio que llame la atención en su conducta, por ejemplo si están más agresivos y resolverlo en cuanto antes.
- No usar a los hijos para saber cosas de tu ex-pareja.
- No hacer promesas que no se puedan cumplir.
Enseña a tus hijos a tolerar la frustración
Aprender a tolerar la frustración desde pequeños permite que los niños puedan enfrentarse de forma positiva a las distintas situaciones que se les presentarán en la vida. La frustración es una vivencia emocional que se presenta cuando una ilusión o una necesidad no se llega a cumplir y experimentamos una serie de emociones como: enfado, tristeza, ansiedad… y se trata de un estado transitorio.
¿Qué significa tolerar la frustración?
Ser capaz de afrontar los problemas y las limitaciones que nos encontramos a lo largo de la vida, a pesar de las incomodidades que puedan causarnos.
Por lo tanto, se trata de una ACTITUD la cual se trabaja y desarrolla.
En la etapa infantil, los niños suelen pensar que el mundo gira a su alrededor, y que pueden conseguir todo lo que quieren en el mismo momento en que lo piden. No saben esperar porque no tienen desarrollado el concepto del tiempo ni la capacidad de pensar en las necesidades de los demás, y es entonces cuando hay que empezar a enseñarles a tolerar la frustración.
Si los padres siempre les damos a nuestros hijos todo aquello que piden, no aprenderán a tolerar el malestar que provoca la frustración, ni sabrán hacer frente a las situaciones adversas; lo que les conllevará en la edad adulta a sentirse mal cada vez que no consigan aquello que se han propuesto.
Así que intentar complacerlos siempre y evitar que se sientan frustrados ante cualquier situación no les favorece en absoluto su desarrollo como personas, ya que cuando sean adultos deberán enfrentarse a circunstancias tanto de éxito como de fracaso.
¿Cómo saber si tu hijo tiene poca tolerancia a la frustración?
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- Tiene dificultades para controlar las emociones.
- Es más impulsivo, impaciente, exigente.
- Busca satisfacer sus necesidades de forma inmediata, y cuando tiene que esperar por algo puede tener rabietas.
- Manifiesta una tendencia a pensar de forma radical: o es blanco o negro, no hay punto intermedio.
¿Cómo gestionar el hambre emocional?
A veces comemos por aburrimiento, estrés, ansiedad... y es lo que se conoce como hambre emocional, que nos empuja a comer al confundir los sentimientos con el apetito sin ser conscientes de ello.
Cuando el hambre es real: comemos cualquier tipo de comida, dejamos de comer cuando estamos llenos, no hay culpabilidad, es una necesidad física y podemos esperar.
Cuando el hambre es emocional: es repentino, normalmente nos apetecen alimentos dulces y hipercalóricos, estamos llenos y seguimos comiendo, luego nos sentimos culpables por este tipo de ingestas ya que son urgentes y mezclamos: dulce, salado, lo primero que tenemos a mano y está asociado a las emociones.
Cuando nos identificamos con el hambre emocional, la comida suele hacer la función de regulador emocional; nos permite desahogarnos, nos “anestesia” del dolor y alivia la ansiedad.
Con el tiempo, esta respuesta se convierte en un hábito y se establece en nuestra vida diaria como una válvula de escape, pero debemos aprender a gestionarla.
¿De qué manera?
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- Diferenciando la necesidad de comer por hambre y el deseo de comer para sentirnos mejor emocionalmente.
- Analizando la situación:
- Aprendiendo a gestionar adecuadamente las emociones.
- Haz ejercicio físico: camina, corre, ves a la piscina, pedalea…
- Practica Mindfulness. A través de la práctica de la alimentación consciente entendiendo y disfrutando del acto de comer.
- Reduce el consumo de azúcar.
- Establece un plan de comidas (lo ideal es 5 diarias).
- Pide ayuda profesional.
Las Flores de Bach y los trastornos primaverales
Ya vamos apreciando el buen tiempo, el día se va alargando, las temperaturas son más cálidas…
En unos días daremos la bienvenida a la primavera y como bien sabes, ésta se caracteriza no sólo porque es el momento en el que la naturaleza se “revela” y nos comienza a mostrar algunos de sus elementos más bonitos; sino por la aparición de la astenia primaveral, distintas alergias...
Si sufres algún tipo de alergia, si sientes que tu estado de ánimo es más bajo, si sientes que te falta energía ... vamos que si crees que la astenia primaveral se ha hecho un hueco en tu vida; te animo a que pruebes las Flores de Bach ya que son muy efectivas para lidiar con todo lo expuesto.
La terapia floral debe ser personalizada, ya que debemos conocer el estado emocional del propio paciente antes de administrar las flores que son más recomendables en cada ocasión.
Pero voy a decirte algunas flores que prescribo para este cambio de estación:
Genciana (Gentian): es buena para el estado de ánimo bajo, ya que te ayuda a ver la vida con más optimismo.
Nogal (Walnut): es buena para la adaptación a la buena estación (hay cuerpos que no se aclimatan bien a los diferentes cambios propios de la primavera).
Rosa Silvestre (Wild Rose): aporta energía y vitalidad.
Te invito a que leas mi anterior post que escribí y publiqué: ¿Qué son y para qué sirven las flores de Bach? donde encontrarás información más exhaustiva sobre éstas; pero déjame recordarte que el Dr. Bach nos decía que para que un cuerpo no enferme, el alma y la personalidad deben estar en armonía; y entre mayor sea la ruptura entre estas dos, mayor será el desequilibrio, el cual se presenta en forma de síntomas, tanto físicos como mentales.
Recomendación: Combinar las Flores de Bach con Terapia.
¿Te preguntarás el Por qué? Verás, hasta que no se llega al verdadero motivo de la enfermedad, la curación será pasajera; es decir: desaparecerá el síntoma, pero si no lo corregimos de raíz, entonces aparecerá otro síntoma (en general más fuerte).
Lo que se pretende es llegar a un estado saludable, con ganas de hacer cosas y que haya un equilibrio en todas las áreas.
Las flores de Bach son una ayuda, pero el proceso curativo es un proceso personal en donde la persona toma consciencia y hace los cambios necesarios en su vida para recuperar el equilibrio.
Por la práctica y los resultados que voy viendo en Terapia, las flores de Bach combinadas con la Psicología logran una buena mejoría en las personas, debido a que les ayuda a sentirse mejor mentalmente y emocionalmente para poder lograr esa concentración que los conducirá a realizar los cambios que tienen que hacer en su vida.
Esta terapia también es válida para los niños, en ellos se puede observar de manera más rápida el efecto de las flores de Bach, ya que se encuentran más receptivos, sin prejuicios y con mayor disponibilidad al cambio (lo mismo ocurre con los animales y plantas que logran su equilibrio rápidamente), y por supuesto que no poseen contraindicaciones ni tienen efectos secundarios.
¿Tienes alguna duda? ¿Crees que pueden ayudarte en tu estado actual? Si es así, te invito a que contactes conmigo para más información.
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Cómo mantener el cerebro activo
Con el paso del tiempo, vamos notando cómo nuestras facultades mentales y físicas van a menos poco a poco.
Igual que te cuidas con una buena alimentación y realizando actividad física para mantener tu cuerpo en buen estado, tu mente también necesita estar en forma y ejercitarse para mantener las neuronas activas.
¿Qué consigues con esto? Mejorar la memoria, tu creatividad, la concentración y estarás previniendo la aparición de enfermedades como el Alzheimer, la cual los pacientes que la sufren llegan a una pérdida significativa de la memoria y de las capacidades físicas.
Por ello, es importante mantener el cerebro activo y ir ejercitándolo día a día.
A continuación te facilito unas recomendaciones para que practiques.
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- Reta tu mente. Con actividades como: crucigramas, sudokus, sopas de letras, juegos de estrategia como el ajedrez … te ayudarán a mantener tu mente activa y a mejorar tu capacidad de razonamiento.
- Lee. Aprenderás cosas nuevas, desarrollarás tu imaginación creando nuevos escenarios y mejoran las conexiones cerebrales al hablar sobre lo que has leído.
- Deja a un lado la tecnología y ponte a prueba. Mejora tu rendimiento cerebral haciendo cálculos sencillos en tu mente sin utilizar tu calculadora y memorizando los números de teléfono de tus familiares y amigos.
- Abre tu mente a nuevos aprendizajes. Aprender cosas nuevas como otro idioma ejercitará tu cerebro con nuevos retos y lo mantendrá en actividad constante.
- Alimentándote bien: el cuerpo necesita de todos los nutrientes y vitaminas para funcionar correctamente. Si no se los proporcionamos iremos perdiendo fuerza y salud progresivamente. Mantener una alimentación sana y equilibrada hará que tu cuerpo esté más activo y también tu cerebro.
- Durmiendo las horas que necesites: durante el sueño es cuando el cerebro almacena la información recopilada durante el día y se consolida el proceso de memoria. Dormir es necesario para que recordemos mejor y estemos más predispuestos a aprender y recordar cosas al día siguiente.
- Evitando las bebidas alcohólicas: en general alteran nuestro proceso perceptivo y, por lo tanto, nuestra memoria.
- Haciendo ejercicio físico: se ha demostrado científicamente que el ejercicio físico tiene consecuencias muy positivas para el cerebro. Caminar, ir en bicicleta, bailar…, pueden ser excelentes maneras de mejorar la memoria.
- Cuando vayas al trabajo coge un camino distinto al habitual, intenta varias las calles, esto hará que te centres más en los detalles y de esta manera pones a prueba tu cerebro (no hace falta que diga que observes lo que pasa a tu alrededor, y no estés con la vista puesta en el teléfono móvil por si te entra algún mensaje, o el vecino del quinto acaba de publicar un nuevo estado en Facebook).
- Haz un tarea de manera distinta, por ejemplo: ¿has probado a lavarte los dientes con la mano izquierda en lugar de con la derecha?
- Cuando comas presta atención a los sabores de los alimentos y no intentes hacer más de una cosa a la vez ya que de esta manera la información entra mucho más ordenada en el cerebro y se produce menos caos. Así que nada de leer el periódico mientras comes, disfruta de la comida.
Ilusiónate
Todos conocemos a personas que nos transmiten buena energía, mucha vitalidad con cada cosa que hacen, que tienen una gran fuerza interior a la hora de enfrentarse a las diferentes situaciones de la vida.
Acostumbran a ser: alegres, creativos… en realidad, es el estado natural de los niños y es la actitud con la que venimos al mundo.
Entonces, ¿si venimos cargados de fuerza por qué perdemos el entusiasmo?
Gran parte de ello se debe a la educación que hemos recibido tanto en la escuela como en la familia.
Cuando escucho en Terapia pacientes que me dicen: “Tocar la guitara se tiene que aprender de pequeño, de mayor se convierte en una tarea más difícil, ya no tengo edad para aprender…” -hablamos en este caso de una persona joven, de 45 años.
En este caso, nos encontramos a una persona con unas creencias limitantes aprendidas (éstas nos conducen a perder la ilusión, la motivación, el entusiasmo…).
¿Qué hacer entonces?
Cuestionarnos, aprender los aspectos positivos que se pueden extraer (por ejemplo: perseverancia, esfuerzo…) y dejar la parte negativa a un lado.
Ilusionarnos en aquello que nos gusta.
Así que te invito a que rescates esa vitalidad y entusiasmo que tuviste cuando eras niño, ya que te permitirá alcanzar mejor tus objetivos.
Lánzate en busca de tus sueños
Posiblemente te estés preguntando ahora mismo:
¿Cómo? ¿De qué manera?
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- Empieza reviviendo instantes emocionantes: recuerda aquellos momentos en los que te has sentido lleno de energía y no has dejado que te paralizaran tus miedos para conseguir lo que querías.
- Muévete: pasa a la acción. Como ya te he comentado en algún post anterior, el camino se hace andando.
- Empieza por cosas pequeñas: No te plantees grandes objetivos, es mejor que empieces dando pequeños pasos (sigue la filosofía Kai Zen).
- Escucha a tu mente y a tu corazón: pon ilusión en aquello que quieres siendo coherente entre lo que tu cabeza dice y tu corazón siente.
- Define tus objetivos y disfruta el trayecto.
¿Conoces las diferencias entre un Coach y un Psicólogo?
Después de ir escuchando en repetidas ocasiones que un coach es un especialista que ayuda a las personas a resolver sus problemas y que se desconocen las diferencias que hay entre un coach y un psicólogo, os voy a explicar en este post en qué nos diferenciamos para que tengas claro en qué casos acudir a un profesional o otro.
Existe una diferencia importante entre un psicólogo o especialista en salud mental y un coach.
Los primeros tratan patologías o se enfocan directamente en el problema que tiene el paciente, como por ejemplo: depresión, pérdida de un ser querido, ruptura sentimental…
En el caso del coaching profesional o ejecutivo, lo que se trabajan son dificultades o retos (ya sea a nivel profesional o en el entorno de trabajo), que plantea el cliente (coachee).
¿De qué dificultades o retos se trata?
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- Desde un problema de comunicación con jefes o entre compañeros de trabajo.
- Querer cambiar de trabajo, pero sentir miedo a la hora de dar el paso.
- Tener una mala relación con los superiores y que esto influya de forma negativa en la vida personal.
- No sentirse valorado ni reconocido en el trabajo…